Un hombre acusado de haber agredido sexualmente a una menor de edad en 2015 en un hotel próximo a la ciudad de Lugo ha negado los hechos este jueves en el juicio. Fiscalía pide para él 16 años de prisión.

El procesado ha asegurado que «jamás» ha mantenido relaciones sexuales con la joven, a la que conoció en un local de la calle Quiroga en 2014. También ha negado haberla amenazado con una pistola. «Jamás he tenido un arma en mi vida», ha afirmado.

Así lo ha contestado a preguntas de su abogada, ya que se ha negado a contestar a preguntas de la fiscalía y la acusación particular, en un juicio en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo.

En sus conclusiones provisionales, la fiscalía solicita para el acusado una pena de 13 años de prisión por un delito contra la libertad sexual y tres más por otro de detención ilegal. Además, pide que durante diez años no pueda acercarse a la víctima y que la indemnice en 6.000 euros por los daños morales.

SIN COMPARECENCIA DE LA VÍCTIMA

En un juicio atípico no ha comparecido la víctima. Ni siquiera su madre sabe decir dónde se encuentra, aunque asegura que mantiene contacto con ella a través del Facebook.

El presidente del tribunal ha emplazado a la mujer a que se comunique con su hija para que preste testimonio. Previamente, la abogada de la acusación particular, Eva María Soilán, ha dicho que no había tenido contacto con su clienta y desconocía si se iba a presentar a la vista oral.

La madre ha definido a su hija como una «niña rebelde» que entre 2015 y 2016 estuvo internada en un centro de menores tutelado por la Xunta de Galicia.

Con todo, la abogada del procesado no ha conseguido que no se celebrase el juicio, mientras ha puesto de manifiesto que los hechos juzgados son consecuencia de una operación por tráfico de drogas.

RELATO DE LA FISCALÍA

Según el ministerio público, el procesado conoció a la menor en el verano de 2014, ya en el otoño mantuvieron varias veces relaciones sexuales, consentidas por la chica que tenía 14 años en aquel momento, en un hotel en las afueras de la ciudad.

Si bien, precisa la fiscalía, «le prometió una cantidad de dinero que luego no le daba o le daba una cantidad inferior. También refleja el escrito de la acusación pública que en esos encuentros «consumían cocaína y cannabis».

Ya en 2015, ambos volvieron a ese hotel, y cuando los dos estaban en la cama, el hombre –que está casado– penetró analmente a la víctima sin su consentimiento. Un año después, en marzo de 2016, cuando circulaba en su coche, el acusado vio a la joven que caminaba por una calle próxima a Camiño Real. El individuo, que supuestamente portaba una pistola, le dijo a la menor: «Súbete al puto coche».

La chica se subió al turismo y fue obligada a permanecer ahí en contra de su voluntad durante unos 15 minutos, lográndose zafar cuando el acusado se bajó del vehículo para entrar en un establecimiento. El procesado le quería reprochar que la menor hubiera contado que había sido violada.