Un menor número de incendios forestales concentra cada vez más superficie quemada en España, Portugal, Francia e Italia, según un estudio internacional dirigido por el investigador de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Dominic Royé, en el que participan varios centros.
La frecuencia del área quemada sigue una distribución exponencial negativa en casi todas las regiones, según explica la USC en una nota de prensa, con «muchos incendios de poca extensión y pocos grandes incendios». Así, cada vez más «un pequeño número de incendios» es el responsable «de la mayoría del área quemada», señala.
Para la elaboración de este artículo, que publica la revista ‘Land Degradation & Development’, se utilizaron datos del sistema europeo de información sobre incendios forestales, así como bases de datos nacionales sobre incendios forestales.
Esta investigación muestra que, en la mayoría de los países europeos del Mediterráneo, la superficie quemada está cada vez más relacionada con un menor número de incendios.
La distribución espacio-temporal del índice presenta una gran variabilidad en todos los países analizados. En este sentido, Portugal y España muestran tendencias significativas crecientes con un incremento del 7,6% y del 1,3% por década, respectivamente. En Galicia, la tendencia es más pronunciada que en el resto de España, con una subida del 2,7%.
PAISAJES INFLAMABLES
La tendencia positiva significativa del índice en Portugal y España «podría estar relacionada con el cambio climático y con cambios antropogénicos regionales», explica el comunicado. Por ejemplo, cita paisajes más continuos, homogéneos e inflamables y degradación del suelo. Estos factores, por sí mismos, solo explican parte de las tendencias observadas, explica Dominic Royé.
La aplicación de este índice también demuestra la necesidad de otorgar más atención a incendios extremos que son imposibles de controlar hasta que ocurra una disminución de la intensidad del incendio.
También se encuentran correlaciones estadísticamente significativas para Portugal, España e Italia entre el índice de concentración anual y varios índices de «teleconexión climática», que son patrones de flujos atmosféricos.
La relación, apunta la USC, es «clara» con la fase negativa de la llamada oscilación del Mediterráneo Occidental, que produce vientos del este en la mayor parte de la Península Ibérica.
Los vientos del este en Portugal son secos y cálidos en el verano, lo que lleva a un aumento «dramático» en el riesgo de incendios forestales, afirma Roye.
Por último, la aplicación del índice demuestra su capacidad discriminatoria, que es un punto «clave» en la detección de áreas vulnerables y tendencias temporales bajo el cambio climático.