El portavoz del grupo municipal del Partido Popular de Pontevedra, Rafa Domínguez, junto a los concejales de su grupo, han realizado un recorrido por los diferentes contenedores del centro urbano y de las parroquias de la ciudad para evidenciar «la falta de mantenimiento y la incapacidad» del gobierno local para cumplir los estándares de limpieza «mínimamente exigibles» en una capital de provincia.
En este sentido, el jefe de la oposición local ha reclamado que «se acelere» el nuevo contrato de recogida de basura, ya que ha asegurado que los responsables municipales «se comprometieron» a licitarlo en agosto de 2024 por última vez, «después de varios intentos fallidos al crear unas bases que no interesaban a ninguna empresa del sector».
Según ha explicado el PP de Pontevedra en una nota de prensa, desde que finalizó la vigencia del contrato actual, aprobado antes de que Miguel Anxo Fernández Lores se erigiese como alcalde, el Ayuntamiento «supera las ocho prórrogas del contrato», mientras la prestación del servicio «se devalúa cada día».
«Pontevedra está sucia porque los trabajadores de la limpieza no tienen los medios ni los recursos necesarios para prestar un servicio de calidad», han denunciado los populares.
En esta línea, Domínguez ha lamentado que el BNG «sale cada dos meses en prensa anunciando el mejor contrato de la basura de la historia y lo único cierto es que, cada vez que llegan los visitantes y las fiestas, se acentúa un problema de suciedad con el que convivimos los residentes durante todo el año».
Asimismo, el líder del PP de Pontevedra ha asegurado que los comerciantes tuvieron que limpiar las calles «ellos mismos» para acceder a sus negocios tras el paso de la Batalla de las Flores. También ha hecho hincapié en las quejas de los trabajadores de la empresa Prezero, encargada de la limpieza urbana y de la recogida de la basura en Pontevedra, que reclaman «soluciones urgentes».
Además, ha mostrado fotografías de contenedores en los que «se acumulan» bolsas de basura y otros restos que provocan «olores nauseabundos y una contaminación que altera la vida diaria de los pontevedreses del centro urbano, barrios y parroquias».