Los trabajadores de la planta de Alcoa en San Cibrao, en Cervo (Lugo), se han mostrado este viernes «contentos» con el apoyo ciudadano en la movilización de este jueves y han convocado otra para el domingo 3 de noviembre, en el marco de la campaña electoral, en el municipio de Viveiro a partir de las doce del mediodía.
El presidente del comité de empresa, Xosé Paleo, ha destacado que los trabajadores «están muy contentos» por la respuesta de los vecinos de A Mariña a las movilizaciones, este jueves con miles de personas protestando en Burela y la semana anterior en Xove.
«Estamos contentos de la respuesta que se dio por parte de los vecinos porque ayer llenaron la Plaza del Ayuntamiento (de Burela) para reclamar una solución para la industria del aluminio, un precio de energía que nos ponga en pie de igualdad con países de la Unión Europea como Francia y Alemania», ha celebrado.
Pese a la irrupción de la campaña electoral, Paleo ha advertido de que su intención «es continuar movilizándonos», hasta que despejen «el futuro» y les «saquen del camino» en el que les «metieron con el problema de la energía, produciendo al cien por cien y con garantía de futuro».
«La próxima movilización que vamos a realizar es en Viveiro el domingo tres de noviembre a las doce de la mañana», ha ratificado. Además, ha constatado que «la producción (En San Cibrao) se ha reducido más de un 11 por ciento, siguen paradas 32 cubas de las 512 y se ha bajado la intensidad».
«No preocupa tanto la bajada de producción que nos coloca en un camino que remata como Coruña y Avilés con la electrolisis parada, lo que nos preocupa no es tanto esta reducción sino el camino en el que nos metieron y que indica ALCOA que sí no hay solución al problema de la energía se tomarán medidas más drásticas», ha alertado.
Asimismo, el presidente del comité de empresa de la planta mariñana ha subrayado que «en la situación, con un precio de la energía el doble que tienen las mismas industrias en Francia, Alemania o Noruega para una industria que le supone el 40 por ciento del coste del valor del producto que saca la energía» les «hace completamente inviables», ha concluido.