La planta que Greenfiber, formada por la energética Greenalia y la multinacional lusa Altri, proyecta en Palas de Rei (Lugo) será la primera que integre los dos procesos necesarios para la producción de Lyocell, una fibra textil de base celulósica 100% biodegradable.
Así lo ha señalado el director de Producción de Altri, Pedro Baptista, en el transcurso de una sesión docente que impartió en el Máster de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Santiago de Compostela.
Baptista ha reivindicado que Altri utilizará las tecnologías más avanzadas del mercado para garantizar que los procesos empleados en la fábrica de fibra textil que prevé poner en marcha en Galicia no solo cumplan todos los requisitos medioambientales exigidos por la ley, «sino que vayan más allá».
Él ha dicho que el lyocell tiene unas propiedades que la convierten en una alternativa sostenible a otras fibras como el poliéster o, incluso, el algodón. «Este proceso integrado permite reducir al mínimo la huella de carbono, con la generación de 0,1 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por cada tonelada de lyocell producida, frente a las 6 toneladas generadas en la producción de una de algodón y a las 12 de una tonelada de poliéster», ha reivindicado la firma en un comunicado.
DOS PRODUCTOS
Así, en un proceso basado en la economía circular, Altri pretende fabricar dos productos finales a partir de la madera del eucalipto, ambos de base celulósica y, por consiguiente, totalmente biodegradables.
Uno de ellos son las fibras solubles para aplicaciones textiles, que se venderán solamente a industrias del sector textil, y otro el Lyocell, una fibra textil que se producirá utilizando directamente el primer producto como materia prima. Todo ello a partir de madera de eucalipto gallego certificado, en un proceso libre de cloro, de productos tóxicos y de origen fósil.
Pedro Baptista ha explicado que la planta será autosuficiente desde el punto de vista energético, ya que toda la energía necesaria para cubrir sus necesidades se obtendrá a partir del vapor de alta presión generado en una caldera que quemará la parte de la biomasa forestal no apta para la producción de fibras. La energía sobrante se enviará a la red.
«Además, los gases generados por esta combustión serán tratados antes de ser liberados a la atmósfera para garantizar el estricto cumplimiento de todos los parámetros y concentraciones exigidos por la ley», ha subrayado.