La economía gallega creció en 2023, aunque algo menos que el conjunto de España y con unas cifras positivas en relación al resto de la Unión Europea.
Este es uno de los datos que se desprende del Informe de Conxuntura Socioeconómica do Foro Económico de Galicia, presentado este lunes en Santiago por sus responsables, Santiago Lago, Patricio Sánchez, Francisco J. Armesto e baixo a coordinación de Fernando González Laxe.
Lago, que ha sido el encargado de abrir las intervenciones, ha defendido que Galicia se encuentra «en la primera división» del crecimiento, tal y como está España respecto al resto de países de la Unión Europea.
Achaca además el menor crecimiento a que la economía gallega se resintió menos durante la pandemia que la estatal, «por lo que el margen de recuperación es menor».
González Laxe ha abordado más pormenorizadamente los datos y ha puntualizado que el 2023 fue un año «muy irregular», con contextos de emergencia múltiples (guerras, disputas comerciales, etc).
Por ello, y en línea con el conjunto de los países del entorno, la ralentización del ritmo de crecimiento caracteriza la evolución de la economía.
Con todo, apunta, acredita tasas de variación interanuales superiores a las de los principales socios comerciales gallegos, excepto Portugal. Concretamente, la crecida interanual se sitúa en el 1,8%, siete décimas inferior a la media española y cuatro décimas con respecto a la Unión Europea.
Tal y como ha desarrollado González Laxe, entre las principales economías de la zona euro, España presenta las mayores tasas de crecimiento interanual, con un 2,2%, «lo que contrasta con la contracción experimentada en Alemania».
CRECIMIENTO DEL PIB
Por otro lado, el crecimiento del PIB real en Galicia se caracteriza por una aportación de la demanda externa (de un punto frente a las ocho décimas de la demanda interna), «lo que contrasta con lo ocurrido en la economía española, con una contribución superior a la demanda interna (1,7 puntos)».
Esta menor contribución explica, argumentan, la diferencia de crecimiento respecto de la economía española. Subrayan también la «significativa» ralentización del consumo privado, con un crecimiento interanual del 0,5%, cuatro puntos menos que en 2022, frente al 1,8% estimado en España, así como la mayor contratación de la inversión, que disminuye un 0,7% en Galicia frente a la caída del 0,5% en España.
«La economía gallega se sostiene por el consumo de los hogares, que ha subido, y sobre todo, por el gasto de todas las administraciones públicas», ha aseverado Laxe.
En lo que respecta a la demanda externa, aumentan las ventas fuera de Galicia con una aportación del 1,5%, que contrasta con la contracción del 0,3% en el caso de las importaciones. «Las exportaciones estuvieron muy polarizadas geográficamente y muy concentradas sectorialmente», ha afirmado.
Por otro lado, y desde el punto de vista de la oferta, Laxe también ha indicado que Galicia presenta «una importante desaceleración del sector terciario», si bien es cierto que se mantiene como el sector con la tasa de crecimiento interanual más elevada con un 2,3%, ocho décimas menos que en España.
En este sentido, subrayan el crecimiento de la industria manufacturera y de la construcción, con una subida del 1,7% y 0,8%, respectivamente.
La parte negativa «tras todos los datos positivos aportados», en palabras del coordinador del informe, la representa la productividad. Indican que la brecha más amplia con el resto de España se produce en la industria manufacturera. Por contra, el sector da construcción presenta una productividad superior a la media estatal.
MERCADO DE TRABAJO CON BALANCE POSITIVO
Otro de los aspectos abordados ha sido el del mercado de trabajo, que según ha explicado José Francisco Armesto, ha presentado un balance positivo.
Así, mejoran las tasas de actividad y de empleo, con lo que se reducen tanto la tasa de desempleo como la tasa de temporalidad, «que suele ser indicador de la mejora de la calidad del empleo».
Matizan, sin embargo, que estos datos han de analizarse teniendo en cuenta que la comunidad gallega se mantiene entre las regiones con menores tasas de actividad y ocupación.
La población ocupada crece un 2,3% — gracias sobre todo al aumento de población extranjera no comunitaria –, seis décimas por encima de lo estimado en 2022, y los puestos de trabajo lo equivalente a un 2%. Las afiliaciones crecen un 1,8% y las horas trabajadas, un 1,6% frente al 2,1% y el 1,7% registrados en el año anterior.
Por último, y en lo que respecta al perfil del empleo nuevo, destacan las mujeres y los extranjeros no comunitarios. Gran parte del empleo creado es asalariado, mientras que se reduce el número de personas empresarias empleadoras. Todo el empleo creado es indefinido.
En cuanto al desempleo, las tasas demuestran que afecta en mayor medida a las mujeres, personas menores de 25 años, extranjeros y ciudadanos con estudios primarios.
A modo de conclusión y con la mirada puesta ya en 2024, los responsables del informe señalan que estos datos permiten «vislumbrar» un año en el que «sabremos manejarnos en el nuevo entorno». «Las expectativas de crecimiento para 2024 son muy buenas», ha aventurado Laxe.