La Asociación Gallega de Trabajadores Autónomos y del Mar (Agtamar), integrada en la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), ha denunciado la muerte de siete trabajadores por cuenta propia en Galicia por accidentes laborales durante 2023.
Este dato supone repetir la misma cifra registrada un año antes, después de contabilizarse más de 2.000 accidentes de trabajo, de los cuales 85 se han catalogado como «graves», 11 más que en 2022. De este total, 81 fueron durante la jornada laboral y 4 ‘in itinere’, el doble que un año antes.
«Los datos de siniestralidad laboral del colectivo de trabajadores por cuenta propia son inaceptables, es una lacra que seguimos padeciendo en nuestro colectivo y pasamos, para la mayoría de las administraciones públicas, absolutamente desapercibidos. El Gobierno de Cantabria destina más fondos para la lucha contra la siniestralidad laboral del trabajo autónomo que el Gobierno de España», ha criticado el presidente de UPTA, Eduardo Abad.
Las asociaciones han incidido en el aumento de las dolencias relacionadas con patologías psicológicas derivadas de los riesgos psicosociales, trastornos derivados del alto nivel de exigencia al que están siendo sometidos, sobre todo, los profesionales que desarrollan trabajos o servicios para un cliente único o principal.
«La precariedad de las condiciones en las que estos trabajadores autónomos, en su mayoría dependientes o semindependientes, desarrollan sus actividades están desembocando en patologías que forman parte de la pandemia que azota a las nuevas formas de trabajo: estrés, depresión, ansiedad, entre otras», ha lamentado UPTA-Agtamar.
Por ello, exigen al Ministerio de Trabajo un «plan de choque» que centre sus objetivos en la concienciación sobre la necesidad de conocer y prevenir los riesgos en el trabajo, con acciones concretas diferenciadas por sectores. También piden cambios en las mutuas de accidentes de trabajo, con asistencia psicológica.