La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha señalado que los pélets de plástico procedentes de uno de los contenedores perdidos por el buque Toconao el pasado 8 de diciembre a 40 millas náuticas de la costa portuguesa –y a unos 20 kilómetros de la frontera con Galicia– llegasen a Canarias sería dentro de aproximadamente un año.
Así lo ha señalado la institución educativa en un comunicado en el que agrega que el grupo de investigación de Ecofisiología de los Organismos Marinos (EOMAR) del Instituto ECOAQUA viene advirtiendo desde hace tiempo del perjuicio que tiene para los ecosistemas marinos este tipo de plásticos.
La valoración de un año la han realizado expertos del grupo de Oceanografía Física y Geofísica Aplicada (OFYGA), también adscrito a ECOAQUA, que se han basado para su aproximación en estadísticas de arrastre de este tipo de residuos en las corrientes de mar que llevan del punto del vertido a las islas.
Aquí, el investigador de OFYGA, Miguel Borja Aguiar, ha comentado que «Canarias, por su condición de islas oceánicas, están expuestas a la llegada de todo tipo de basuras marinas, lamentablemente de forma regular».
«Los pellets no son una excepción, y no es raro encontrar este tipo de residuos plásticos en la arena de las playas o depositados entre las rocas. Es probable que alguno de los pellets del vertido de Galicia acabe alcanzando las costas de Canarias, pero para entonces lo hará como un elemento más de esas basuras marinas a las que tristemente nos estamos acostumbrando», aseguró .
Es por ello que ahora que comienzan a llegar las primeras muestras a las costas gallegas y asturianas, un mes después de que se produjera el incidente, es fundamental disponer de toda la información acerca de esos pellets: de qué tipo de plástico están fabricados, saber si contienen aditivos, y conocer si en su ficha técnica figura algún tipo de especificación al respecto.
Además, la ULPGC ha resaltado que es importante retirarlos rápidamente de la costa, según vayan llegando, evitando así que se mezclen con arena y algas, que haría mucho más difícil su colecta.
Mientras, la bióloga y doctora en Oceanografía, que pertenece al grupo de investigación EOMAR, Alicia Herrera Ulibarri, ha dicho que los pélets representan un problema medioambiental muy grave, ya que pueden permanecer mucho tiempo en el ambiente, entre 50 y 70 años, hasta degradarse poco a poco en partículas más pequeñas.
«El peligro –continuó– para los organismos marinos es, por una parte, el daño físico que puede provocar su ingestión, y por otro, el daño que causan los contaminantes químicos que llevan asociados».
En lo que se refiere a Canarias, el grupo EOMAR ya ha detectado desde hace años presencia de pellets en las playas de las islas.
«Podemos destacar, como ejemplo, un muestreo de microplásticos realizado en octubre de 2015 en la Playa de Famara, localizada en el municipio de Teguise, en Lanzarote, donde se halló que más del 40% de la muestra estaba formada por pélets», señaló Herrera.