Los problemas técnicos en la macrosala de la Ciudad de la Justicia de Vigo han obligado este martes a suspender el juicio previsto contra un fisioterapeuta acusado de haber abusado sexualmente de cuatro mujeres, y que iba a ser juzgado por la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica.
La vista comenzó más tarde de lo previsto por el retraso del letrado de la defensa, que se desplazó desde A Coruña en tren y se vio afectado por las incidencias registradas en el transporte ferroviario en esta jornada.
Sin embargo, al comenzar las intervenciones, se comprobó que algunas de ellas no quedaban bien registradas por el sistema de grabación, debido a un fallo en los microfónos. A pesar de que se intentaron solucionar los problemas técnicos, no fue posible, por lo que el tribunal acordó suspender el juicio y volver a señalarlo para los próximos 15 y 16 de enero.
No es la primera vez que la macrosala de la Ciudad de la Justicia de Vigo tiene problemas técnicos. El más frecuente, denunciado por jueces, fiscales, abogados, funcionarios y periodistas, es la mala calidad acústica y la reverberación, que impide escuchar con claridad las intervenciones.
De hecho, la sección quinta remitió en su día un escrito al juez decano y a la dirección xeral de la Xunta para pedir una solución a estos inconvenientes. Hasta el momento, la única medida visible que se ha adoptado ha sido la instalación de unos ‘stores’ para cubrir las cristaleras que hay en la parte superior de las paredes laterales de la sala.
ABUSOS SEXUALES
El acusado, fisioterapeuta y osteópata de 39 años de edad, está acusado de abusar sexualmente de cuatro clientas entre el 2020 y 2021, y la Fiscalía solicita para él 13 años y medio de prisión.
Tal y como se recoge en el escrito de acusación pública, el procesado, «aprovechándose de la oportunidad que le ofrecía su actividad profesional» y «sin previamente informar al paciente para consentir el tratamiento a realizar», actuó con «la intención de satisfacer su ánimo libidinoso» con cuatro mujeres.
En concreto, en agosto de 2020 una de las víctimas acudió a la clínica por tener molestias en la espalda. Al encontrarse en ropa interior, «por requerimiento del procesado y sin ninguna finalidad terapéutica», le levantó la braga y le tocó la ingle. Concluida la sesión, también le acarició los costados a la altura de las lumbares, lo que le provocó «una gran incomodidad».
También en agosto, otra de las víctimas acudió por primera vez a la clínica para recibir tratamiento y, mientras se encontraba en ropa interior por requerimiento del procesado, éste le realizó tocamientos en los pechos «sin finalidad terapéutica» y «sin informar el procedimiento» ni pedir consentimiento.
Posteriormente, esta misma clienta acudió por segunda y última vez a la clínica y allí el acusado le volvió a pedir que se quedara en bragas y sujetador y se tumbara sobre la camilla, momento en el que le tocó los pechos y metió su mano bajo la braga, «en al menos dos ocasiones». Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió una lesión psíquica leve de ansiedad.
Hechos semejantes ocurrieron con otra clienta que acudió a la clínica del procesado por padecer dolores en los lumbares y en las piernas. A ella, según detalla Fiscalía, también le acarició «sin finalidad terapéutica los pechos bajo el sujetador», además de utilizar aceite sobre el cuerpo de la víctima, momento en el que «le tocó la vagina de manera innecesaria» para retirar el aceite.
El cuarto de los casos ocurrió a finales del mes de agosto. La denunciante acudió al establecimiento por padecer dolores en la cadera y hombros debido al uso de muletas tras sufrir un traumatismo en el tobillo. Ese mismo día, «sin haberle informado del tratamiento que iba a realizar, le tocó el lateral del pecho, así como la vagina y el pubis».
Por segunda vez, el 31 de agosto, al continuar padeciendo dolores en la cadera y hombros, acudió a la clínica. En este caso, la invitó a subir a su residencia particular, situada encima del consultorio, «aprovechándose de la ocasión de enseñar a la víctima ejercicios de rehabilitación». Ya en enero de 2021, ella acudió en otras dos ocasiones «ante la insistencia del acusado», que le ofreció recibir sesiones de fisioterapia de manera gratuita.