El nuevo presidente de Alcoa, William Oplinger, ha reconocido que la situación en la fábrica de San Cibrao, en el municipio de Cervo (Lugo), «ha sido y sigue siendo muy difícil», aunque ha dicho que espera «superar estos retos para permitir un reinicio progresivo hasta finales de 2025».
Así lo ha expuesto en declaraciones con motivo de la presentación de los resultados del tercer trimestre de la compañía. «Seguimos trabajando para lograr la viabilidad económica a largo plazo de la planta de España», lo que «en el caso de la fundición, eso permite volver a ponerla en marcha en 2024».
Sin embargo, apunta a «importantes retos que deben superarse para que la planta sea viable», «incluida la escasa demanda de productos de valor añadido». A esto se une que «los precios del aluminio son bajos» y que en Europa hay «altos costes de energía».
Además, Oplinger se ha referido al «retraso en la obtención de permisos y la construcción de algunas de las fuentes de energía alternativas» que están «estudiando».
En relación con estas palabras, fuentes de Alcoa explican a Europa Press que las palabra del presidente de la empresa vienen a confirmar que «hay muchas dificultades», pero que el calendario de reinicio de las cubas se mantiene».
Estas declaraciones llegan después que el pasado 2 de octubre la empresa paralizase la fundición de la planta de aluminio que habían continuado operando en San Cibrao tras la paradas de las cubas de electrolisis en enero de 2022, justificada por la compañía por «una difícil situación de mercado, que incluye los altos costes de energía y falta de pedidos de clientes». No obstante, Alcoa sostiene que «prevé arrancar de nuevo el horno en cuanto se disponga de pedidos de clientes confirmados en cartera».
El acuerdo sellado por la empresa con los trabajadores en su día fija el inicio del rearranque de la producción de aluminio primario el 1 de enero de 2024, con una operativa del cien por cien de las cubas a finales de 2025.