Una nueva exploración arqueológica de la Cova Eirós, situada en la parroquia de Cancelo, en Triacastela (Lugo), ha proporcionado datos novedosos sobre la Prehistoria de las montañas luguesas y, en concreto, sobre la vida y arte en el Paleolítico gallego.
Los trabajos desarrollados a lo largo de este verano darán continuidad y amplían las excavaciones precedentes de los niveles del Paleolítico medio y permiten documentar las manifestaciones de arte rupestre en su interior, según explica la Universidade de Santiago de Compostela.
En esta campaña de 2023, participan miembros del Grupo de Estudios para la Prehistoria del Noroeste, Arqueología, Antigüedad y Territorio de la USC (GEPN-AAT), del Institut Català de Paleocologia Humana i Evolució Social de Tarragona (IPHES-CERCA) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV), bajo el paraguas de un convenio con la Consellaría de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidades.
Las intervenciones arqueológicas realizadas a lo largo del verano se centraron en la exploración de la entrada de Cova Eirós y en la documentación del arte del interior.
Los resultados de la investigación ofrecen nueva información sobre los modos de vida de las comunidades neandertanles que ocuparon la Cova Eirós y sobre el mundo simbólico del Paleolítico superior. La nueva exploración del nivel del Paleolítico medio (nivel 4) amplía el conocimiento sobre los grupos que habitaron las sierras orientales hace más de 45.000 años y que utilizaron la cueva como campamento durante temporadas relativamente largas.
RESTOS DE HERRAMIENTAS
En las excavaciones se recuperaron los restos de las herramientas líticas fabricadas en cuarcitas y cuarzos recogidos en las orillas de los ríos próximos. Estos aparatos eran usados para procesar los animales cazados, sus pieles y para fabricar herramientas en madera. También se encontraron restos óseos y dentales de las presas, como mandíbulas y huesos de ciervo.
Las comunidades neandertales en el lugar capturaban cérvidos y caballos en los valles y bosques próximos que, después, una vez despiezados, llevaban a la cavidad.
Algunos de estos restos óseos conservan aún las marcas de corte hechas con las herramientas líticas usadas para su descarnado. Las piezas recuperadas muestran que Cova Eirós también fue ocupada alternativamente por carnívoros que la usaban como cubil u osera.
OTROS TRABAJOS
En paralelo a las excavaciones, se realizaron trabajos de documentación y fotogrametetría y levantamientos en 3D de los paneles contenedores de arte en las sales delinterior de la Cova Eirós.
En esta campaña, se identificaron nuevos motivos en el fondo de las galerías realizados con una técnica no documentada hasta el momento. Así, se descubrieron puntos y signos pareados dibujados en pintura roja en el techo de la galería, con un uso del ocre como pigmento que no había sido documentado en ninguno de los paneles conocidos previamente y que amplía las técnicas y motivos representados en el arte de la Cova Eirós.