Investigadores del CiMUS de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) han avanzado en la potencial aplicación de fármacos para revertir el exceso de sangrado en pacientes con Síndrome de Noonan, una enfermedad congénita que provoca, entre otros problemas, sagrado excesivo por defectos de coagulación o falta de plaquetas.
En un comunicado, la universidad señala que este síndrome evita el normal desarrollo de varias partes del cuerpo. Los pacientes presentan un aspecto facial característico más pronunciado en bebés y menores.
Aproximadamente un 40% de los afectados tiene problemas de sangrado, en su mayor parte debido a disfunciones de las plaquetas y anormalidades en la coagulación sanguínea. Entre estos problemas se incluye la mutación de un gen que da lugar a una mayor actividad de la fosfatasa SHP2, un tipo de enzima conocida por favorecer la supervivencia de las células tumorales.
Esta fosfatasa, explican los investigadores, regula negativamente laactivación de las plaquetas mediada por el receptor de colágeno GPVI, por lo que una mayor actividad de la misma conduce a una mayor inhibición plaquetaria y los consiguientes problemas de sangrado.
Ahora, un estudio del grupo Proteómica de Plaquetas del CiMUS de la USC y del IDIS dirigido por Ángel García, acaba de demostrar que el tratamiento de las plaquetas de pacientes con síndrome de Noonan con un fármaco inhibidor de SHP2 (llamado SHP099, y que se encuentra en ensayos clínicos como antitumoral) revierte parcialmente los problemas de sangrado de estos pacientes mediante la mejora de la función plaquetaria.
VARIABILIDAD CLÍNICA Y DIFICULTAD EN EL DIAGNÓSTICO
El síndrome de Noonan es una enfermedad de origen genético relativamente frecuente cuyas manifestaciones fundamentales son la talla baja y dificultades en el crecimiento, la cardiopatía congénita y un fenotipo facial característico.
Los signos y síntomas del síndrome de Noonan varían, en gran medida, según la persona, y pueden ser leves o graves. Se incluyen, además: problemas musculo-esqueléticos, dificultad de aprendizaje, enfermedades oculares y de audición, trastornos linfáticos, afecciones genitales y renales o enfermedades de la piel.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, y establecerlo con seguridad puede resultar difícil, especialmente en adultos. Hay una gran variabilidad en las manifestaciones clínicas y el fenotipo resulta menos evidente con la edad.
Este trabajo se ha realizado en colaboración con la Universidad de Maastricht y ha contado con financiación de un proyecto europeo compartido entre Maastricht y la USC. Los resultados acaban de ser publicados en la prestigiosa revista «Thrombosis Research» y han formado parte de la tesis doctoral de Delia I. Fernández de la Fuente, recientemente defendida como parte de un Programa de Doctorado Europeo centrado en la búsqueda de nuevos antitrombóticos, coordinado en la USC por Ángel García.