Tras partir de Vigo el pasado 17 de mayo, el buque ‘Ártabro’, de la empresa ACSM Shipping, regresó este lunes al puerto olívico después de casi un mes de misión para buscar, localizar e inspeccionar el pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’, que naufragó en febrero de 2022 en aguas de Terranova (Canadá).
Este martes, el director general de la compañía adjudicataria del contrato, José Cubeiro, ha comparecido ante los medios de comunicación, dando a conocer nuevos detalles de cómo se ha llevado a cabo la operación, que pudo grabar más de 30 horas de imágenes del pecio y su aparejo con una «visibilidad excepcional» y que se realizó en menos días de lo previsto gracias a que los restos del barco estaban muy cerca de las coordenadas que emitió antes de hundirse.
«La expedición fue tal y como estaba prevista. Incluso hemos mejorado los tiempos. Calculábamos entre 28 y 30 días y estamos por debajo», ha subrayado Cubeiro, mostrándose satisfecho del trabajo hecho por su equipo.
Él ha recordado que tras salir de Vigo y navegar durante una semana, se hizo una parada en el puerto de St. Johns (Canadá) para recoger a dos peritos y, a partir de ahí, «todo salió bastante bien».
Una vez en la zona de operaciones, se utilizó un sonar de barrido lateral para localizar el buque naufragado y, cuando se observaron unos restos que podrían ser el Pitanxo, se usó otro aparejo con ecosonda para cerciorarse de que sí era el buque que se buscaba.
«El barco estaba muy cercano a las coordenadas que teníamos, lo cual ayudó muchísimo. Fue relativamente fácil encontrarlo, más rápido de lo que teníamos previsto», ha añadido.
Una vez se ratificó la noticia, hubo que esperar dos días para poder enviar el robot a grabar las imágenes, ya que el mal tiempo en la zona no permitía el uso de este Rov Submarino, porque no está aconsejado con olas de más de 2,5 metros o vientos de más de 25 nudos (más de 45 kilómetros por hora).
MÁS DE 30 HORAS
Cuando el temporal dio un respiro, pudo lanzarse al agua esta tecnología, que grabó más de 30 horas de vídeo del ‘Villa de Pitanxo’ y sus alrededores en el fondo marino, a unos 750 metros de profundidad.
Pese a que por confidencialidad no ha querido desvelar qué se pudo ver en las imágenes, sí ha confirmado que no se han hallado restos de ninguno de los marineros todavía desaparecidos. Las grabaciones ya han sido enviadas a la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) y serán utilizadas como prueba en la investigación del naufragio que lleva a cabo la Audiencia Nacional.
Cubeiro ha subrayado que no ha sido una operación «muy compleja», ya que la empresa está habituada a realizar este tipo de trabajos con material específico para sumergirlo a casi mil metros.
Todo ello tras la polémica surgida debido a que el ‘Ártabro’ partió por órdenes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, pero sin la autorización de la Audiencia Nacional, que es quien lleva el caso.
Por esto, antes de comenzar la misión, tuvo que recalar en Terranova para recoger a dos peritos más: uno designado por el juzgado y otro propuesto de forma conjunta por las familias de los marineros fallecidos.
NAUFRAGIO E INVESTIGACIÓN
El pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’ naufragó a 450 kilómetros de la costa de Terranova en febrero de 2022, acabando con la vida de 21 de los 24 marineros a bordo. A partir de ahí, las familias de los fallecidos han tratado de averiguar qué sucedió, por lo que siempre han pedido que se baje al pecio para buscar pruebas.
Durante la instrucción, el juez ha tomado declaración al patrón del pesquero, Juan Padín, en calidad de imputado, a su sobrino Eduardo Rial y al marinero Samuel Kwesi, como testigos, al ser los únicos supervivientes del naufragio.
La investigación judicial se debe a que Samuel Kwesi ofreció una versión que contradice la expuesta por Padín y Rial, y que apuntaría a posibles negligencias por parte de estos que habrían desencadenado en la tragedia.
Tras tomarles declaración, el magistrado prohibió salir de España al patrón del pesquero, le retiró el pasaporte y le impuso la medida cautelar de comparecer cada quince días en sede judicial y estar localizado. Ahora, la inspección del barco servirá de prueba para el caso.