Bajo el lema ‘Rodeamos a Xunta. Non á depredación macro-eólica especulativa’, Eólica Así Non ha convocado una manifestación para el próximo 23 de abril a las puertas del edificio de la Xunta, en San Caetano, con el objetivo de frenar la aprobación de los 77 proyectos eólicos que ya han recibido la declaración de impacto ambiental positiva y cuya puesta en marcha creen que «implicará daños irreparables».
Así lo ha anunciado en una rueda de prensa celebrada este martes la portavoz de la coordinadora, Belén Rodríguez, quien ha asegurado que aún están «a tiempo de frenar» la construcción de estos 77 parques eólicos que, según el decreto ley, tienen de plazo límite hasta el 25 de abril para recibir la autorización previa de la Xunta.
Eólica Así Non, conformada por más de 200 colectivos del ámbito ecologista, sindical, vecinal y comunidades de montes, ha hecho un llamamiento a frenar un modelo eólico organizado a través de, lo que denominan, «una planificación obsoleta, desfasada y desregulada que no tiene en cuenta los intereses de la ciudadanía».
En este sentido, Rodríguez ha incidido en que esta «invasión eólica» no cuenta con la ciudadanía, los colectivos o las personas relacionadas con los lugares donde se ha declarado de forma positiva el impacto ambiental de los proyectos.
Por esto, la portavoz ha reclamado una nueva planificación y transición energética para Galicia en la que se restituyan «los derechos de participación pública usurpados por las leyes de depredación que los gobiernos gallego y español han aprobado por vías antidemocráticas».
DAÑOS IRREPARABLES
Además, la portavoz ha advertido que la manifestación del próximo 23 de abril también servirá para demandar la «inmediata paralización» de otros 150 expedientes eólicos que la Xunta mantiene en tramitación.
Rodríguez considera que este centenar de proyectos eólicos potenciales suponen «una ola de parques» que, en los próximos años, traerá consigo «daños irreparables» tanto para el medio ambiente gallego, como para la sociedad.
Estos daños irreparables, a los que se refiere Rodríguez, implicarían tanto la desaparición de hábitats, ecosistemas o especies, que para la coordinadora son «prioritarios para enfrentar el reto climático», como la «dilapidación definitiva» del rural gallego.
De esto culpa tanto a la administración autonómica como a la estatal, que, según ella, anteponen el desarrollo de macroproyectos eólicos a la ampliación de la Red Natura gallega, la red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad.
EÓLICA MARINA
Por otra parte, el secretario general de la Confederación Intersidical Galega (CIG), Paulo Carril, ha asegurado que, aparte de la «ofensiva terrestre» que está sufriendo la comunidad por parte de las multinacionales, la eólica marina es otro de los problemas que preocupa a la coordinadora, que se movilizó el pasado 11 de marzo en A Coruña.
Carril ha afirmado que, tanto la administración estatal como la autonómica, fomentan la conversión de Galicia en una «colonia energética del estado y la Unión Europea», a través del aprovechamiento de un «bien ilimitado como el viento», que reportará ganancias a las energéticas «a costa del empobrecimiento del conjunto de la población».
Empobrecimiento que, según lo aseverado por Carril, «afectará a los implicados en la actividad pesquera», una actividad estratégica de la cual «Galicia es una potencia mundial».
Asimismo, el representante de la CIG ha pedido a la Xunta que recapacite y reflexione sobre la «enorme afectación» que los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) generarán en muchas villas y pueblos que «viven y se alimentan» gracias a esta profesión.