Augas de Galicia impuso tres sanciones a Explotaciones Gallegas, todas ellas entre 2014 y 2019, por vertidos a afluentes del río Ulla procedentes de la balsa de la mina de Touro y las actividades de tecnolosuelos en las intalaciones de la explotación minera.
Además, la Administración autonómica también abrió otros dos expedientes contra la compañía minera que, finalmente, fueron archivados porque los requerimientos realizados fueron «atendidos», según ha señalado el director xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais, Pablo Fernández Vila, este viernes en el Parlamento.
El responsable del departamento de la Vicepresidencia Primera de la Xunta ha respondido en la Comisión 2ª de Ordenación Territorial, Obras Públicas, Medio Ambiente e Servizos a una pregunta formulada por el diputado del PSdeG Pablo Arangüena, que ha acusado a la Xunta de «tolerar» comportamientos perjudiciales al medio ambiente por parte de los titulares de la antigua explotación minera de la comarca de Santiago.
Cuestionado sobre los procedimientos abiertos desde la administración ante las, según Arangüena, «constantes denuncias» de colectivos ecologistas y vecinales de la cuenca del Ulla, el responable de la Xunta ha asegurado que han sido tres las sanciones impuestas por Augas de Galicia por un total de 55.000 euros.
Dos de ellas fueron por vertidos de aguas residuales procedentes de la balsa de la antigua mina y otro por lixiviados con origen en la actividad de tecnosuelos, autorizada para la regeneración de los terrenos de la mina que Fernández Vila ha subrayado como un «método válido» regulado en Galicia por una instrucción «aprobada en 2008 durante el gobierno del bipartito».
Asimismo, el responsable de Recursos Naturais también ha señalado la existencia de otros dos procedimientos abiertos contra Explotaciones Gallegas que fueron archivados posteriormente cuando la compañía solventó las cuestiones que habían motivado el inicio de los procedimientos.
Por otro lado, ha afirmado que se encuentra en fase de tramitación el proyecto elaborado por la compañía para la gestión general de las aguas de la mina de Touro a través de la creación de un planta de tratamiento físico-química. La Xunta ha notificado «recientemente» a Explotaciones Gallegas un requerimiento de subsanación de defectos, según ha apuntado Fernández Vila.
Esta fase «general» para actuar sobre las aguas de la antigua explotación se suma a las actuaciones «puntuales» que llevaron a la elaboración de un plan «temporal» presentado en 2018.