La Xunta ha actuado, en lo que va de 2023, en unas 500 hectáreas en las que se han realizado un centenar de quemas prescritas para eliminar combustible vegetal y actuar en la prevención de incendios forestales.
Así lo ha trasladado este miércoles el conselleiro de Medio Rural, José González, que ha supervisado una de estas quemas en la parroquia compostelana de San Xoán de Fecha, acompañado por el director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez.
Según ha destacado el conselleiro, en este año se ha superado ya la media de quemas prescritas realizadas en los últimos 10 ejercicios completos. En el año 2022 se actuó sobre 627 hectáreas, pero las condiciones meteorológicas y la incidencia del fuego no permitieron ir más allá; no obstante, ese año Medio Rural prevé alcanzar ese objetivo «con creces».
Con estas actuaciones se busca crear discontinuidades en áreas forestales para que, si se declara un incendio, las llamas se detengan en esas zonas donde se han realizado quemas prescritas. Esto también permite mejorar la capacidad de actuación de los medios de extinción y reducir el riesgo de incendios de alta severidad.
En la quema de este miércoles, se hizo una actuación previa de roza mecánica con un tractor, y luego se llevó a cabo la quema, con la participación de un agente ambiental, tres brigadas y cuatro motobombas con conductor.
Este tipo de quema exige un alto grado de tecnificación y conocimiento de las condiciones de ejecución para lograr el objetivo de reducir los combustibles de sotobosque, sin afectar al suelo y al entramado de raíces, del que depende la vitalidad de la vegetación.
Desde el año 2020, la Consellería desarrolla un procedimiento de planificación y ejecución de quemas prescritas, teniendo en cuenta factores como días sin lluvia, temperatura, humedad relativa, velocidad del viento, estado de la biota y del suelo, etc. Las quemas prescritas solo están permitidas fuera de la época de peligro de incendios forestales.