El presidente de la confederación de empresarios de Galicia (CEG), Juan Vieites, ha pedido «respetar» la decisión de la CEOE de aprobar una contraprestación económica a su máximo representante, Antonio Garamendi, que, según ha precisado, «no llega a 400.000 euros».
A cuestiones de los periodistas durante una rueda de prensa junto a la embajadora de Polonia en España, Vieites ha apuntado que la patronal es una asociación «con sus órganos de gobierno» y ha añadido que han sido sus miembros los que han aprobado esa «contraprestación económica determinada, en función de la responsabilidad que tiene el presidente de la CEOE».
«Creo que esto viene ya desde muchas décadas. Siempre cobraba para las actividades que tiene que desarrollar propias del cargo. Si es aprobado por los órganos de gobierno de la propia CEOE, que no es ni uno, ni dos, ni cuatro, ni veinte, son bastantes más…», ha reflexionado.
En este sentido, ha reclamado «empezar a respetar las decisiones que se toman en los órganos de gobierno de las organizaciones», sean de carácter empresarial, sindical «o lo que sea».
A renglón seguido, ha rechazado «focalizar en las empresas como los malos de la película» porque eso «no beneficia», a su juicio, sino que «produce un deterioro» institucional.
Por ello ha mostrado su oposición al «ataque a las empresas» y ha reivindicado que «el colectivo de empresarios es el que genera riqueza».
«CRISPAR LA SITUACIÓN»
Cuestionado de nuevo por la postura de la patronal en las negociaciones para subir el sueldo mínimo interprofesional (SMI), Juan Vieites ha afirmado que no fue la patronal la que se fue sino que le «echaron de la mesa».
A este respecto, ha reconocido que el Gobierno «lo puede hacer» ya que «de manera unilateral puede tomar las decisiones», pero ha agregado que si la CEOE «no pinta nada» y no se le va «a escuchar ninguna de las propuestas, para qué va a ir». «¿Para crispar más la situación?», se ha preguntado.
En este sentido, ha lamentado que haya un Ejecutivo «que no es amigo» ni «amigable» con las empresas y ha exigido una vez más ser «más respetuosos con el mundo empresarial».