El riesgo de la curva de A Grandeira, en Angrois (Santiago), lo vio un jefe de maquinistas «en un solo viaje», según han denunciado los peritos Frans Heijnen y James Robert Catmur, durante el juicio por el accidente del tren Alvia.
A las preguntas del abogado que defiende al maquinista, procesado en la causa junto al ex director de seguridad de Adif, Heijnen ha señalado que la línea Ourense-Santiago debería contar con el certificado de interoperabilidad, documento del que aún carece según el letrado.
En una comparecencia que se ha prolongado durante unas siete horas, estos expertos también han respondido a las cuestiones de la letrada que representa a Allianz, la aseguradora de Adif, quien ha tratado de evidenciar que las operadoras también contratan análisis de riesgos, por lo que esta tarea es «compartida».
También les ha interrogado esta abogada sobre si la responsabilidad para detectar peligros es «infinita», toda vez que Heijnen ha recomendado ser «proactivos» para determinar si hay que cambiar las normas a la luz de un cambio en las condiciones del sistema ferroviario.
El abogado que representa a Renfe ha querido saber si ven normal que el aviso por el que terminó desconectándose el sistema ‘ERTMS’ embarcado se produjese en un sábado, a lo que ambos han respondido afirmativamente, pero han subrayado que debería haberse evaluado porque suponía incrementar el riesgo.
LAS RESPONSABILIDADES DEL CARGO DE ADIF
Mientras, el letrado que ejerce la defensa del ex alto cargo de Adif ha inquirido por las responsabilidades de este, a lo que Heijnen ha indicado que el procesado «tiene responsabilidad para dictar, modificar y editar normas singulares para una segura operación de la línea».
«No tenía que encargarse de todo el proceso pero sí asegurarse de los informes que iba recibiendo», ha apuntado. Además, «puede reportar al consejo o al ministerio diciendo ‘oye lo que están haciendo es correcto porque tengo un sistema de gestión de seguridad que vigila que hagan correctamente sus cosas», ha añadido.