Las cuencas de los ríos Tambre, Verdugo y Deva se han preparado durante este viernes para afrontar posibles inundaciones ante la previsión de que las intensas precipitaciones regresen durante esta madrugada a las provincias de A Coruña y Pontevedra.
La Dirección Xeral de Emerxencias e Interior de la Xunta activó este viernes el Plan Especial ante el riesgo de inundación en Galicia (Inungal), en situación de alerta, ante el posible desbordamiento de los ríos Tambre, en Val do Dubra (A Coruña); del Verdugo, en Ponte Caldelas (Pontevedra); y del Deva, en As Regadas, en Arbo (Pontevedra).
Los tres municipios, donde se registraron incidencias durante la madrugada del viernes aunque ninguna de ellos de calado, han puesto en marcha acciones para prevenir los posibles efectos de las crecidas de los ríos.
Según la información recibida mediante los sistemas de control y seguimiento, al superar los umbrales establecidos, los cursos de estos ríos están presentando un crecimiento significativo de sus caudales, por lo que pueden llegar a darse inundaciones puntuales.
Así, la provincia de Pontevedra se encuentra en aviso naranja por precipitaciones, una alerta que se mantendrá hasta la jornada del sábado. Leiro (Ourense), Salvaterra do Miño (Pontevedra) y Baiona (Pontevedra) son los puntos con valores máximos de precipitaciones con más de 50 litros por metro cuadrado, según los medidores de Meteogalicia.
MEDIDAS PREVENTIVAS
En Val do Dubra, efectivos municipales y externos han trabajado a lo largo del día para solventar los problemas registrados durante la noche, en la que se produjeron caídas de árboles y desbordamientos puntuales del río Tambre.
La zona que más preocupa es de la Portomouro, como ha apuntado a Europa Press el regidor dubrés, José Manuel Varela, que ha extendido la zona de vigilancia a otros puntos en los que el Tambre acostumbra a traspasar su cauce en jornadas de precipitaciones intensas.
En Ponte Caldelas ha sido vallada las zonas de aparcamiento próximas Verdugo y otras áreas como la zona trasera del centro cultural para evitar que se estacionen coches y puedan resultar afectados ante la eventual crecida del río.