La mujer condenada por matar a su hija en la parroquia de Muimenta, en Cospeito (Lugo), en mayo de 2019, se ha declarado inocente, al término de la vista de apelación celebrada en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) tras el recurso que presentó por su condena a prisión permanente revisable.
«Yo no haría eso», ha indicado al término de la vista y en el turno de palabra que tuvo tras exponer las partes –Fiscalía, acusación particular, popular y defensa– su posicionamiento.
En concreto, las tres primeras han pedido que se mantenga la prisión permanente revisable, mientras que el abogado de la condenada ha solicitado que se anule la sentencia y se repita el juicio o en su defecto que le reconozcan a la mujer una mayor afectación de las facultades.
«Se debe aplicar el eximente completo, la acusada cometió la acción delictiva bajo un brote psicótico», ha puntualizado la defensa durante la vista.
GRADO DE AFECTACIÓN DE LAS FACTULTADES
Sobre el grado de afectación que tenía la condenada cuando se cometieron los hechos, el abogado de la acusación particular ha recordado que «todas las partes» admitieron durante el juicio que «efectivamente» había una afectación de las facultades «pero en base a los forenses no era grave porque el delirio no fue causa de la muerte de la niña».
Este argumento coincide con el presentado por la acusación popular, ejercida por la Fundación Amigos de Galicia, que asegura que la prueba pericial fue «bastante clara, precisa y determinante».
En la misma línea, la Fiscalía ha destacado que los forenses no encontraron «conexión alguna entre los hechos cometidos y el trastorno psicótico».
Antes de que se celebrase la vista, el padre de la menor, José Manuel Leal, ha manifestado en declaraciones a Europa Press sentirse «hasta el momento, respaldado por la justicia».
«No hay recurso que valga ante lo que hizo una asesina que está condenada. Quiero pensar que se va a seguir manteniendo aquí, en el TSXG», ha añadido.
HECHOS
Respecto a la gravedad de los hechos, la sentencia tuvo en cuenta que el ataque se produjo cuando la niña «se encontraba durmiendo a solas con su madre en su habitación y probablemente adormilada por la trazodona que le suministró», según se encontró en la autopsia, y sin posibilidad de defensa.
El jurado consideró acreditado que la acusada, quien dormía en la misma cama que su hija la noche de los hechos, con la finalidad de acabar con su vida, suministró a Desirée un fármaco con efectos sedantes y, a continuación, «la asfixió con sus propias manos».
Posteriormente, recoge la sentencia, la condenada «ingirió unas pastillas sabiendo que no le provocarían la muerte», indica la resolución.