El sindicato de Enfermería (Satse) ha calificado de «acto de mala fe» hacia las enfermeras de España y los pacientes el recurso del presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Tomás Cobo, contra las guías de prescripción enfermera relativas a hipertensión arterial y diabetes.
Según Satse, en la elaboración de estas guías, cuyo «único objetivo es mejorar la atención sanitaria y la accesibilidad de los pacientes» en todos los centros sanitarios, tanto públicos como privados, han participado representantes de los colectivos médicos, de enfermeras y de farmacéuticos, junto al Ministerio de Sanidad.
«En dicho proceso de elaboración, la representación de la OMC ha participado con el número de miembros que la misma ha considerado y no ha asistido a las reuniones que ha considerado, como también ha cambiado de representante cada vez que lo ha considerado», ha apuntado la organización.
De hecho, prosigue, en estas guías «no se establecen competencias nuevas para las enfermeras», sino que simplemente «se optimizan las ya existentes» en base a protocolos y guías de actuación profesional, al igual que se hace desde siempre con múltiples protocolos y procedimientos en diversos aspectos de la atención sanitaria y cuidados al paciente, pues es práctica común y consensuada entre profesionales dichas formas de actuar para agilizar y dar seguridad a la atención sanitaria y cuidados a los pacientes.
Asimismo, Satse ha recordado que la Organización Médica Colegial, no solo no impugnó los reales decretos, de 23 de octubre de 2015 y de 22 de octubre de 2018, que regulan el uso, indicación y autorización de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras, sino que participó «activamente y validó con sus firmas» dichas normativas.
«En el inicio, prórroga, pautas e interrupción del tratamiento en pacientes con hipertensión y/o diabetes, en lo referente a medicamentos sujetos a prescripción médica, siempre es necesaria la prescripción previa del médico y su participación activa en un entorno de colaboración entre profesionales para garantizar la seguridad en la atención a los pacientes y siempre de conformidad con los protocolos que han de desarrollarse en la autonomías en base a las guías publicadas en el BOE», ha enfatizado el sindicato.
PROTOCOLOS CONSENSUADOS
De esta forma, añade, serán los servicios de salud de cada autonomía los que, con la participación de los profesionales afectados e interesados en este tema, desarrollen de manera «concreta y específica» el proceder a llevar a cabo en los centros sanitarios, tal como así recoge la propia normativa al respecto.
Por todo ello, asevera, «no existe posibilidad alguna» de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica de manera libre y directa por parte de las enfermeras, sino que, por el contrario, ha de venir precedida de la correspondiente prescripción médica. «Además, su evolución y desarrollo se realizará siempre en base a los protocolos consensuados entre médicos y enfermeras en los distintos centros sanitarios del Estado», ha puntualizado.
Por otro lado, Satse ha recordado que las enfermeras de España tienen una formación clínica, práctica y sanitaria de cuatro años en la Universidad y dos más para ser especialistas, y en sus programas formativos tienen asignados y reconocidos créditos de formación específica en Farmacología, lo que les habilita y capacita para realizar con «absoluta solvencia y seguridad» la aplicación de las guías de Hipertensión y Diabetes en medicamentos sujetos a prescripción médica.
Por ello, se ha preguntado si esta «repentina hipersensibilidad» del presidente de la OMC ante el uso, indicación y autorización de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras, mostrando una «aparente preocupación por la seguridad del paciente», es extrapolable a las situaciones que sí ponen en riesgo de verdad la seguridad del paciente en la sanidad privada cuando personal no cualificado y de formación profesional realiza pruebas diagnósticas, canaliza vías o realiza funciones propias de las enfermeras en un quirófano.
«Se supone que esto debe de preocuparle, pero no se ha observado acción alguna por parte de la Organización Médica Colegial, tal vez para no incomodar a la sanidad privada de nuestro país», ha indicado para cuestionar «si el presidente de la OMC conoce la realidad de los centros sanitarios, pues debería saber que es práctica habitual del colectivo al que dice representar el uso de indicaciones meramente verbales de administración de medicamentos a pacientes sin la presencia física del médico, realizados por teléfono y sin una prescripción efectiva del medicamento a administrar, y, por tanto, sin constancia escrita de la prescripción medicamentosa en la historia clínica del paciente en tiempo real».
A juicio de la organización, poner «en duda» las competencias y capacidad profesional de las enfermeras de España ante el comportamiento a desarrollar en la aplicación de las guías de hipertensión arterial y diabetes en medicamentos sujetos a prescripción médica, «no solo es una falta de confianza en la profesión enfermera, sino una falta de respeto también a quienes durante dos años han dado la cara y arriesgado la salud y la vida, sin dejar de realizar su actividad presencial en los centros de salud, en los domicilios y en los hospitales a pie de cama del paciente, mientras que otros profesionales optaron directamente por el uso telemático y el teléfono en lugar de la atención presencial y directa al paciente».
Finalmente, Satse ha asegurado que no renuncia a las acciones sindicales y jurídicas que considere realizar en legítima defensa de las enfermeras de España ante este «nuevo atropello y agravio» contra la profesión enfermera por parte de la Organización Médica Colegial.