La asociación ecologista Adega ha alertado de la indemnización millonaria que el Ayuntamiento de Lugo se verá obligado a abonar al promotor de las torres de O Garañón, en la ciudad de Lugo, a los pies del parque Rosalía de Castro, urbanización que fue paralizada e investigada por la justicia.
Aún permanece el esqueleto de dichas torres que miran hacia el río Miño desde el parque de la ciudad de Lugo. Esta semana, el Ayuntamiento emplazaba al constructor a que presente un proyecto de demolición en el plazo de dos meses.Sí no actúa, así el Consistorio asumirá subsidiariamente el derribo.
Uno de los portavoces de Adega, Froilán Pallín, ha asegurado que esto «es la constatación de un hecho, de cómo no se debe de proceder y es consecuencia de una política urbanística donde falta profesionalidad y falta rigor». «Fruto de esa irresponsabilidad y de no escuchar, al final los ciudadanos pagan y ahora se ordena derribar y el Ayuntamiento tendrá que indemnizar», ha protestado.
Pallín ha sentenciado que, «evidentemente, el problema del urbanismo en la ciudad de Lugo es un problema de una concepción y aprobación de un plan general (de ordenación municipal) para una ciudad de 300.000 habitantes». «En 15 o 20 años preveía (el PGOM) llegar a esos 300.000 habitantes y probablemente no se pase de los 100.000», ha apuntado.
Finalmente, ha vaticinado que las obras que se llevan a cabo, actualmente, en Carril das Flores, frente a la puerta de San Pedro y frente a la muralla romana de Lugo, acabará como «el segundo Garañón». Estos trabajos han sido denunciados ante el Tribunal Supremo.