Las ruinas del antiguo Portomarín, que en los años 60 del siglo pasado fue anegado por el embalse de Belesar, ya se puede cruzar a pie, en un «reencuentro con la historia» casi setenta años después.
El alcalde, Pablo Rivas, ha certificado que la localidad lucense llevaba «años» sin observar el río Miño «con tan bajo caudal». Tanto es así, ha constatado, que días atrás se pudo ver a personas atravesándolo a pie.
Todo ello obedece «al bajo caudal» del río, que también es visible a su paso por la ciudad de Lugo, con lugares donde la profundidad no es de más de 50 centímetros en la capital de la provincia.
«En el embalse de Belesar hace tiempo que sufrimos el bajo caudal y ya hoy mismo que se ve afectado por la sequía, ya que está bajo mínimos», ha descrito el alcalde.
MODERAR EL CONSUMO
A la vista de este escenario, Pablo Rivas ha admitido que puede llegar a haber «problemas de abastecimiento de agua», lo que le ha llevado a sugerir a sus vecinos que «moderen» el consumo de agua.
Incluso ha anticipado que, «en los próximos días, se pueden tomar medidas más drásticas como prohibir el riego o el lavado de coches».
«Estamos aún a medio verano, y el verano se va a hacer largo», ha advertido, en relación a la sequía.
«REENCUENTRO CON LA HISTORIA»
Con el viejo pueblo al descubierto, el alcalde de Portomarín admite que es una forma de «reencontrarse con la historia».
«La gente más mayor comenta que no se acuerda del río Miño tan seco», ha concluido.