El Ayuntamiento de Lugo llevará a la junta de gobierno de este miércoles la demolición de O Garañón, la urbanización a los pies de las cuestas del Parque Rosalía de Castro que fue paralizada e investigada por la justicia.
La alcaldesa, Lara Méndez, acompañada del concejal de Urbanismo, Álvaro Santos, ha comparecido este martes en rueda de prensa en las inmediaciones del «esqueleto» urbanístico de dicha edificación.
Méndez ha celebrado que «se da un paso más», que espera sea «el definitivo» desde que en 2017 asumió «el compromiso» de echar abajo esta infraestructura «y no seguir con el proceso judicial, para dar solución a un problema dado por una licencia que ha entendido la justicia que estaba mal dada».
Es por ello que ha anunciado que este miércoles «se llevará a la junta de gobierno la aprobación para poder sacar a licitación el proyecto de redacción y derribo de O Garañón».
«Ahora, tendrá el promotor la responsabilidad de decidir si lo asume él», ha advertido la regidora, si bien la administración local va a «trabajar en la redacción de ese derribo y asumir las obras».
Lara Méndez confía que este sea «el último paso para después seguir acometiendo la ampliación de esas zonas verdes, para seguir potenciando ese Lugo verde y sostenible». «Se sigue con la modificación del Plan General de Ordenación Municipal para convertir esta zona en zona verde», ha subrayado.
NO CONCRETA TIEMPO
La alcaldesa no ha podido concretar plazos para acometer esta demolición y así lo ha soltado: «El tiempo nos lo dirá una vez que saquemos el proyecto, porque ahí quien tiene que valorar eso son los técnicos».
En definitiva, ahora se abre un plazo de «dos meses para la redacción del proyecto» porque «aún no» se sabe por qué procedimiento se llevará a cabo: «Si va a ser manual, si va a ser con voladura controlada o va a ser mecánico o combinado, manual o mecánico».
Esta urbanización supuso la tumba política del ex secretario xeral del PSdeG-PSOE y exconcejal de urbanismo en el Ayuntamiento de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro. Y esta misma obra también condicionó, por su imputación –posteriormente retirada–, la no investidura de Xosé López Orozco ante el veto de los grupos progresistas en las elecciones de 2015. Esto abrió la puerta de la Alcaldía a Lara Méndez, que iba de número dos en las listas del PSOE.