Varios miembros de la Unión comarcal de la CIG de Ourense han accedido a una de las terrazas de la Catedral de la ciudad para desplegar una pancarta en la que han exigido el cese «del acoso laboral y del maltrato» a las trabajadoras del asilo de O Carballiño.
Esta es una de las varias movilizaciones que la central ha protagonizado en los últimos meses por la situación que aseguran vivir las trabajadoras del asilo carballiñés que gestiona la Fundación Hermanos Prieto, cuyo patronato preside el obispo ourensano, Leonardo Lemos.
La última de estas movilizaciones había sido hace escasos 10 días en una ocupación simbólica en la sede del Obispado en Ourense, en donde reclamaron una reunión con su máximo responsable, además de pedir que se anunciase en las 48 horas siguientes. Avisaba de que, si no tenían respuesta, procedería a «intensificar las movilizaciones», como así han hecho.
La acción reivindicativa se ha llevado a cabo en el exterior de la Catedral con un despliegue de una pancarta en una de las barandillas laterales en la que se podía leer: ‘Asilo do Carballiño, acoso e maltrato. Leonardo Lemos, obispo, cómplice».
Durante la protesta han gritado consignas como «Obispado, el maltrato es pecado», «Obispado, no mires para otro lado» y «obispo, culpable de acoso y maltrato», consignas que ya habían pronunciado en la ocupación de la infraestructura religiosa.
El secretario comarcal de la CIG en Ourense, Anxo Pérez Carballo, ha querido recordar que lo que pretende el sindicato con estas manifestaciones es lograr esa reunión con el obispo, en su función de presidente del patronato de la fundación, para «reclamarle que cese la política represiva y de acoso laboral» que aseguran que «la nueva gerencia lleva a cabo en el centro contra las empleadas más antiguas». Además, exigen también la readmisión de trabajadoras despedidas.
En este sentido, denuncian que la nueva gerencia del asilo «lleva a cabo una política implacable de acoso y represalia», pues afirman que llega incluso a despedir a varias de las trabajadoras «por reclamar sus derechos».»Acusamos a la dirección de menosprecios y coacciones a las empleadas y reclamamos que cesen esta práctica y que no amenacen, coaccionen y despidan por el hecho de defender sus derechos», han remarcado.
Eran las propias trabajadoras hace un par de semanas las que reivindicaban que se las trate «con respeto» en los puestos de trabajo. Explicaban que «se está incumpliendo el convenio laboral» y que son «seis compañeras las que se encuentran de baja por incapacidad temporal, con cuadros severos de ansiedad por el trato diario».
Así pues, la central sindical responsabiliza a la institución religiosa de lo que sucede «como máximo responsable del Patronato de la Fundación», pero también «al Ayuntamiento de Carballiño», cuyo alcalde es uno de los tres representantes del Patronato, «por permitir esta situación y abrir así el camino al despido de trabajadoras con mayor antigüedad, contribuyendo a transformar el viejo asilo en una empresa que solo busca el beneficio económico».