El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha reivindicado la «lealtad crítica» con la que el Ejecutivo autonómico se relaciona con el Gobierno central, una actitud que ha contrapuesto con la «docilidad» de PSdeG y BNG, a quienes ha vuelto a pedir «unidad» para pactar demandas de Galicia y que él pueda tener una posición más fuerte en la reunión pendiente con su homólogo estatal, Pedro Sánchez.
En su debate con la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, durante la sesión plenaria de este miércoles, Rueda ha aludido al encuentro que mantendrá con el Rey Felipe VI este viernes, al tiempo que ha lamentado que todavía no tiene noticias de cuándo le podrá recibir el presidente del Gobierno, que «sigue muy ocupado».
En una jornada que estuvo marcada por el debate sobre las dificultades sanitarias, con el foco en la Atención Primaria, el presidente ha repasado también otras cuestiones del área económica y «problemas que dependen del Gobierno central», que, ha denunciado, no responde a Galicia.
«Hay muchas cosas que hay que cumplir y no nos están queriendo atender», ha reprobado, antes de insistir en una llamada al apoyo de la oposición para sumarse a determinadas demandas de Galicia al Gobierno. Una llamada que ya hizo antes de reunirse con Pontón y el líder del PSdeG, Valentín González Formoso, sin éxito, puesto que los encuentros se zanjaron sin siquiera un acuerdo de mínimos.
Previamente, Rueda había afeado la «docilidad» del PSdeG con el Gobierno y ha extendido esta crítica a los nacionalistas, a quienes ha afeado el «fiasco» de su pacto de apoyo de investidura a Sánchez. «Se haga lo que se haga, aquí hay un grupo que nunca lo va a criticar y otro que lo puso (al Ejecutivo central) y que es aún más dócil», ha avisado.
CAMINO DE SER «UN PRESIDENTE INSUSTANCIAL»
Previamente, Pontón le había echado en cara su «incapacidad» política para dar soluciones a las necesidades de Galicia. De hecho, la nacionalista ha advertido que Rueda, tras «empezar como presidente accidental», va en camino de convertirse «en un presidente insustancial» e «incapaz» de defender los intereses de la Comunidad tanto ante el Gobierno central como en el ejercicio de sus competencias.
«Colapsa un viaducto en la A-6 y diez días después se desplaza hasta el lugar básicamente para hacer de acompañante de la ministra de Transportes, y hoy no sabemos las causas, ni hay responsables, ni plazos de reconstrucción», ha lamentado la dirigente nacionalista, quien también le ha afeado los «cero» resultados de su reunión con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, de la que Rueda, ha ironizado, «salió muy satisfecho».
La líder del BNG ha puesto otros ejemplos y se ha referido a las «cero competencias» nuevas para Galicia en 13 años de mandato del PP en Galicia, pero también ha lamentado que no cumpla con sus propias funciones. «No solo no ayuda a quién peor lo está pasando, sino que lo que hace es subir el agua a miles de gallegos», ha reprochado.
Y al tiempo, ha incidido en que la sanidad pública está «asfixiada» y «al borde del colapso» mientras se mueve «entre excusas de mal pagador y prepotencia». «Intentar culpar a los profesionales sanitarios como lo hacen ustedes es muy grave», ha esgrimido Pontón, antes de volver a poner sobre la mesa el plan de choque con 200 millones para Atención Primaria que propone el BNG.
«Pruebe a invertir más en sanidad y verá como los problemas son menores», ha recalcado y le ha ofrecido «mano tendida» para avanzar en medidas «a favor de la ciudadanía» como subir las pensiones no contributivas y la Risga –y «hacerla compatible» con el ingreso mínimo vital–, más ayudas para los gastos básicos de vivienda, ayudas directas para autónomos y pymes, y el plan de choque para el primer nivel asistencial.
«LEALTAD CRÍTICA» FRENTE A «DOCILIDAD»
Rueda ha puesto en duda el objetivo de este ofrecimiento y, tras insistir en lo necesario que sería que la oposición se sumase a las demandas de la Xunta al Gobierno, ha advertido a Pontón, sobre su «mano tendida»: «Si es para reforzar al nacionalismo en otro momento de debilidad, no cuente con nosotros ni con Galicia».
Todo ello, tras lamentar la «docilidad» de la oposición con el Gobierno de Sánchez y de avisar de que «no vale de nada la autopropaganda y el autoengaño».
También ha admitido que «hay responsabilidades» de la Xunta, con las que su Ejecutivo trata de cumplir, y ha reivindicado una relación de «lealtad crítica» con el Ejecutivo central, que permitió a Galicia recuperar los 200 millones del IVA, impulsar un frente de autonomías para negociar la financiación o reivindicar la llegada de los trenes Avril.
Enfrente, ha situado a los nacionalistas, que ve «muy bravos» con la Xunta y «muy mansos» en Madrid, mientras que el Gobierno «niega» a Galicia competencias que otorga a otras comunidades y «se resiste como gato panza arriba», ha ejemplificado, a que la autonomía tenga las competencias del litoral.
«¿O quiere que hablemos de Alcoa o de la deuda de la dependencia?», ha preguntado a Pontón, a quien, en tono irónico, le ha indicado que, tal y como defendió el Bloque en su día, el acuerdo para la investidura de Sánchez ha permitido «constatar la utilidad práctica del nacionalismo gallego, igual a cero bordeando por fuera».
Pontón ha replicado al presidente que, con un solo diputado en el Congreso, el Bloque «consiguió una rebaja histórica de peajes» en la AP-9, al tiempo que ha señalado que ahora se trabaja para «crear tres juzgados específicos de violencia machista en Galicia».
«Espero que colaboren y no pongan palos en la rueda», ha advertido, además de recordar que, cuando Mariano Rajoy era presidente, el Estado «ya debía 200 millones en dependencia» a Galicia. «Y lo que hacía usted es votar en contra de reclamarlos», ha espetado a Rueda.
REFORMA DEL ESTATUTO
El mandatario gallego, por su parte, pese a que Pontón no tocó el tema, ha aludido a la propuesta de reforma del Estatuto que los nacionalistas –al igual que el PSdeG– han vuelto a poner sobre la mesa esta semana. A su modo de ver, siempre que el Bloque «se queda sin argumentos» o busca «distraer la atención» abre «el melón» de la modificación del marco estatutario.
Así ha ironizado sobre si la apertura de este «melón» no formará más bien parte de la pelea dentro de la oposición por ver quien se sitúa como «segundo» o «tercero». De hecho, instó al BNG a preguntar al PSdeG si está de acuerdo en cuestiones como la definición de Galicia «como nación».
Por parte de la Xunta ha asegurado que está alineada con las «preocupaciones» de la ciudadanía, por lo que ha excluido la reforma estatutaria de sus prioridades. «No cuenten con nosotros para eso, ni creo que puedan contar con la mayoría de Galicia», ha esgrimido.
MELILLA Y UCRANIA
La portavoz nacional del BNG ha arrancado su intervención en la sesión de control con una referencia a los «estremecedores hechos» registrados en la valla Melilla, que ha definido como «una masacre».
«No es decente un mundo en el que hay víctimas de primera y de segunda. Todas las vidas cuentan, todas», ha manifestado Pontón, quien ha advertido de que lo sucedido debe ser investigado «hasta las últimas consecuencias».
«En Ucrania también hay masacres. Supongo que estará también usted en condenar esto. Si lo está, es un avance que agradezco», ha replicado Rueda, quien ha instado a Pontón a «mirar al lado», hacia el Gobierno central y hacia Pedro Sánchez, que, tras una «situación dantesca», «felicitó la actuación de la Policía marroquí».
Pontón le ha afeado su «manipulación» y ha recordado que el BNG ha condenado la invasión de Ucrania, al tiempo que le ha recriminado que «use la mentira y el dolor del pueblo ucraniano para criticar» a la formación nacionalista.