La Cámara autonómica ha rechazado, por los votos en contra del Partido Popular, respaldar la creación del Instituto Rosalía de Castro, propuesto por el BNG como entidad para fomentar la proyección en el exterior de la lengua gallega.
La iniciativa formaba parte de una moción presentada por los nacionalistas durante el pleno del Parlamento gallego celebrado este martes y que ha sido tumbada por la mayoría absoluta del PPdeG frente al apoyo unánime de la oposición –BNG y PSdeG–.
En concreto, el texto defendido por la diputada frentista Mercedes Queixas planteaba, además de la creación de esta institución, impulsar desde el Gobierno gallego un «pacto social» de fomento de la lectura y activar un plan económico para el sector de libro que duplique la inversión que en la actualidad destina la Xunta a este apartado.
En palabras de la parlamentaria, el sector se encuentra en una «situación crítica» de la que han alertado «numerosos» comunicados en los que denuncian las dificultades para continuar adelante.
En este sentido, Queixas ha señalado que Galicia padece un «descenso» en el número de publicaciones, «falta de apoyo» a las redes de bibliotecas y «una ínfima presencia» de la literatura en gallego en los medios de comunicación, «especialmente en los públicos».
Frente a esto, la diputada del PP Sandra Vázquez ha defendido los apoyos de la Administración autonómica al sector del libro, que ha ejemplificado en líneas como las subvenciones a la compra de libros en bibliotecas, las traducciones al gallego o la organización de ferias literarias.
Asimismo, también ha ensalzado la labor de promoción exterior de la lengua gallega que, dice, impulsa la Xunta y que permite que «unos 3.500 alumnos reciban clases de gallego en 17 países y 35 universidades de fuera» de la comunidad autónoma.
Por tanto, ha esgrimido que el papel de difusión del gallego en el exterior forma parte de las funciones del Consello da Cultura Galega, órgano que el BNG ha acusado al PP de «menospreciar».
Por último, la diputada socialista Noa Díaz ha alertdo del «declive» del sector del libro y de la «debilidad» del sistema literario gallego, una realidad de la que la Xunta es «responsable».