El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado la absolución del escultor gallego Enrique Tenreiro de los delitos contra la libertad de conciencia y de actos de profanación y daños en la tumba del dictador Francisco Franco en la Basílica del Valle de los Caídos, en la que el 31 de octubre en 2018 pintó una paloma de la paz con pintura roja y escribió la palabra «libertad».
El artista coruñés realizó esta «performance» en la víspera del día de difuntos por la reconciliación de los españoles, tal y como manifestó en el juicio. Afirmó entonces que ni Benito Mussolini ni Adolf Hitler guardan sepultura en lugares públicos y que el féretro del dictador estaba «fuera de lugar» en un mausoleo «pagado por todos».
Este acto se produjo en medio del debate que se generó en la sociedad ante la exhumación de los restos del dictador, que finalmente fue trasladado en octubre de 2019 al cementerio de Mingorrubio, ubicado en El Pardo.
En una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sala Civil y Penal desestima el recurso interpuesto por la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos contra la sentencia de 21 de diciembre de 2021, dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, que confirma en su integridad.
La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos solicitó en el juicio dos años y medio de cárcel por profanar la tumba e interrumpir una misa. El fiscal le imputó un delito contra la libertad de conciencia y reclamaba que indemnizara a Patrimonio Nacional del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial en la cantidad de 833,41 euros «por los daños y perjuicios causados».
Al igual que en la sentencia de instancia, los magistrados consideran que el acusado ni perturbó el rito católico de la misa ni faltó al respeto a la memoria de los muertos.
«No hay prueba ni indicio de que su intención al dibujar la paloma en la lápida funeraria cuando iba a comenzar la misa de las doce del mediodía del 31 de octubre del 2018 fuera la de atentar contra la libertad de conciencia o los sentimientos religiosos», recoge el fallo judicial.
Más bien al contrario, los jueces señalan que «la acción desarrollada por el acusado no estuvo motivada por un doloso propósito de impedir la celebración de la misa, que ni siquiera había comenzado, y que, en todo caso, se vio retrasada unos momentos», ni que ésta se viera interrumpida de forma «violenta ni intimidatoria, ni tumultuaria del culto, necesaria para la apreciación del delito».
Finalmente, los magistrados tampoco consideran que en el juicio oral quedara acreditado, tras toda la prueba practicada, que concurriera en el acusado ánimo de ultraje.
En el juicio, declaró el prior de la Abadía del Valle de los Caídos Santiago Cantera Montenegro, quien relató al tribunal que escucharon un ruido y detuvo la procesión previa a la ceremonia religiosa que se iba a realizar. «Me acerqué y vi la pintura. Se produjeron algunas voces y hubo una situación de tensión», narró entonces indicando que la procesión se estaba iniciando y que ésta pasaba por delante de la tumba.
En la grabación del día que ocurrieron los hechos se observa como Tenreiro se sitúa frente a la lápida y tras apartar las flores sobre la tumba de Franco dibuja con pintura roja una paloma de la paz con el lema ‘Por la libertad’.
Al ser detenido por miembros de seguridad, gritó «por la libertad y la reconciliación de los españoles, para que no haya ningún bando vencido». Tras ser reprendido por los visitantes de la Basílica, el hombre respondió: «No estoy en contra de la unidad de España, pero Franco mató a muchísima gente».