Las organizaciones del gran consumo consideran de «máxima urgencia» acabar con un paro del transporte, que califican de «problema de Estado», al tiempo que han advertido de que el conflicto amenaza ya la producción y de que peligran más de 100.000 puestos de trabajo.
Ante esta situación, la cadena de valor del gran consumo -sector primario, industria y distribución- ha pedido a los convocantes en un comunicado conjunto que dejen de «coaccionar» al resto de sectores, impidiendo el desarrollo de su actividad.
Las organizaciones AECOC, ACES, Anged, Asedas, Cooperativas Agro-Alimentarias y FIAB, han instado también al Gobierno a «no perder ni un segundo en la concreción del plan de ayudas al transporte».
Cuando se cumplen nueve días desde el inicio del paro, desde la cadena de valor agroalimentaria y del gran consumo se considera «inaplazable poner fin a esta situación que está poniendo en claro riesgo el abastecimiento de productos, así como la continuidad de miles de negocios y empleos».
En este contexto, el gran consumo hace un llamamiento al Gobierno a realizar «una intervención urgente» en un conflicto que «se ha convertido en un problema de Estado con un impacto sobre la economía y los ciudadanos que no admite demora».
Asimismo, han exigido que se garantice la seguridad y el derecho a trabajar de los transportistas que no quieren sumarse al paro, y que quienes lo secundan no coaccionen al resto de los sectores de la cadena ni impidan la libre circulación de mercancías.
«El paro está teniendo ya un gran impacto en toda la cadena alimentaria -sector primario, industria, transporte y distribución-, provocando graves daños económicos, la paralización y el cierre de fábricas y poniendo en peligro más de 100.000 puestos de trabajo», han señalado.
Numerosas empresas y cooperativas han tenido que interrumpir sus procesos de fabricación y se han visto obligadas a cerrar temporalmente sus plantas ante la falta de suministro como Calvo, Azucarera, Cuétara, Dcoop, JaenCoop, Agrosevilla o fábricas de pienso y otras como Danone, Estrella de Galicia o Heineken-Cruzcampo han anunciado que deberán hacerlo próximamente.
Ante esta situación, las empresas de distribución trabajan para adaptar su surtido, tratando de reemplazar aquellos productos que no están llegando al punto de venta por otras alternativas, con el fin de que el consumidor pueda realizar su compra con la mayor normalidad posible.
En ese sentido, el gran consumo ha destacado el esfuerzo que están haciendo todos los proveedores para que, hasta en situaciones como las actuales, el máximo de productos posible pueda llegar a las tiendas para evitar el desabastecimiento.
«De mantenerse el paro, los daños sobre un sector que aporta a la economía española más de 4,5 millones de empleos y el 20% del PIB pueden ser irreparables», han avisado las organizaciones.