La Guardia Civil ha detectado este pasado miércoles en un control de velocidad a un conductor de 28 años que circulaba a 211 kilómetros por hora en la autovía A-52, que está limitada a 120 km/h, a su paso por el municipio de Ribadavia (Ourense), por lo que ha sido puesto a disposición judicial por la posible comisión de un delito contra la seguridad vial. El martes, por su lado, fue interceptado otro joven de 29 años a 230 km/h.
Según ha informado el Instituto Armado, sobre las 20,00 horas de este pasado miércoles, una patrulla del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense realizó un control de velocidad en la autovía A-52, en las inmediaciones de Ribadavia, donde fue detectado un vehículo que circulaba a 211 km/h en un lugar donde la limitación es de 120.
Al superar en más de 80 kilómetros por hora la velocidad genérica de la autovía, al conductor se le instruyó un atestado en calidad de investigado por la posible comisión de un delito contra la seguridad vial, tipificado en el artículo 379 del Código Penal, indican las mismas fuentes.
El vehículo era un turismo marca BMW, modelo 330D, y su conductor un varón vecino del municipio de Gondomar (Pontevedra) de 28 años de edad, ha concretado la Benemérita.
También el día anterior, el martes, en el mismo lugar se detectó a otro conductor de 29 años y residente en la provincia Pontevedra, que cometió la misma infracción, al circular a 230 km/h.
La Guardia Civil ha destacado que en los últimos meses se ha detectado un aumento en los excesos de velocidad cometidos por personas menores de 30 años. «Lo que lleva a pensar que los jóvenes no tienen la misma percepción del riesgo que conlleva la velocidad, en caso de sufrir un accidente», avisa.
PRUDENCIA
Por ello, el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense hace un llamamiento a la «prudencia» en la conducción y recuerda que las consecuencias de las lesiones y daños sufridos en los siniestros viales, «son directamente proporcionales la velocidad a la que circulan los vehículos implicados».
Asimismo, recuerda que, en relación con las velocidades establecidas en el Reglamento General de Circulación, los conductores que las incumplan «estarán cometiendo una infracción grave o muy grave», sancionada con multa de 100 a 600 euros y la pérdida de entre dos y seis puntos, dependiendo del exceso de velocidad cometido.
En el caso de que el exceso de velocidad fuera superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, el Código Penal lo tipifica como delito y es castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.