El comité de empresa del astillero Hijos de J.Barreras ha anunciado este miércoles la convocatoria de huelga la semana del 10 al 15 de enero, como medida de presión para reclamar a la consultora que gestiona el proceso de venta de la empresa, Kroll, que no tome en consideración las ofertas que no incluyan la subrogación de la totalidad de la plantilla, así como carga de trabajo y un plan industrial que garantice mantener la potencia constructiva de buques de gran porte.
Así lo ha trasladado el presidente del comité, Sergio Gálvez (UGT), en el transcurso de una concentración a las puertas del astillero, para exigir un futuro para la empresa y para sus trabajadores.
Gálvez ha explicado que la plantilla solo sabe por ahora que Kroll ha recibido tres ofertas por la unidad productiva, pero ha admitido que no les ha trasladado los detalles porque el proceso todavía está «en fase de valoración». De hecho, ha confirmado que Barreras todavía no ha solicitado al juzgado la activación del proceso concursal (en la modalidad de ‘prepack’) ni la liquidación.
En ese sentido, el presidente del comité ha señalado que han pedido a la consultora que convoque a los representantes de los trabajadores para que éstos también puedan evaluar las ofertas presentadas, y ha insistido en que cualquiera de las opciones que se lleve al juzgado «tiene que ser con plantilla, carga de trabajo y un futuro industrial que potencie el papel de Barreras, y que no se quede para construir barcos pequeños, porque se desaprovecharían las instalaciones».
Sergio Gálvez ha justificado la convocatoria de huelga como una medida de presión de los trabajadores para reclamar que se les considere en este proceso, y ha advertido de que «sería lamentable» que, después de meses en los que los operarios (la gran mayoría en ERTE) han mantenido la paz social, se vaya a prescindir de su experiencia y conocimiento, y que no tuvieran cabida en el proyecto que emprendan los nuevos dueños de Barreras.
SUBROGACIÓN «IMPRESCINDIBLE»
Por su parte, responsable de la Federación de Industria del sindicato, Rubén Pérez, ha recalcado que, «antes de meter nada en el juzgado», la empresa informe a los representantes de los trabajadores, y ha repetido la idea de que es «imprescindible» que los nuevos dueños subroguen a toda la plantilla.
Asimismo, ha hecho un llamamiento a las administraciones para que apuesten por una carga de trabajo que permita a Barreras mantenerse como astillero privado de referencia, especialista en barcos de gran tamaño, y con unos propietarios que se hagan cargo de todas las instalaciones, no solo de la parte que tiene la lámina de agua.
«Hasta ahora la plantilla ha sido responsable, ha tenido actitud constructiva, pero no se debe confundir la paz social con que vale todo, y se ningunee a los trabajadores», ha precisado.
El astillero Barreras, en manos de Ritz Carlton, contrató a la consultora Kroll hace meses para gestionar el proceso de venta, tras el fracaso de los últimos proyectos, con contratos anulados, otros que no llegaron a formalizarse y con un yate-crucero de lujo que se está terminando en Santander.
En verano del pasado año, se aprobó un ERTE para 124 operarios (en vigor hasta julio de 2022, y que solo fue apoyado por UGT, con mayoría en el comité) y, de hecho, del total de la plantilla, solo una decena de personas está trabajando en las instalaciones de Vigo, y otros 30 están desempeñando labores para rematar el Evrima en Santander.
Tras abrirse el proceso de venta, Kroll ha recibido tres ofertas por la unidad productiva (las instalaciones y la concesión portuaria), por parte de Armón, Gondán y Marina Meridional. Tal y como ha confirmado el comité, «la única alternativa viable» es ir a un proceso concursal en la modalidad de ‘prepack’, de manera que la unidad productiva se pueda vender de manera independiente y rápido, desgajada del resto de activos, deudas, y de la propia sociedad, para los que se optará por la liquidación.