La flota gallega muestra su desacuerdo con el reparto de cuotas para 2022, de forme que carga contra el recorte «nefasto» del 8% en la merluza sur, al tiempo que ve «lamentable» que siga cerrada la captura de cigala frente a la costa gallega.
En declaraciones a Europa Press, el presidente de las cofradías gallegas, José Antonio Pérez Sieira, avisa de que «aguantar» con las cuotas que había hasta ahora era «difícil», pero un bajada en la merluza «es nefasto». A esto se une una «bajada muy importante para Galicia» de un 5% en el lenguado, así como que es «fatal» que siga sin poder capturarse cigala.
Señala que se produce «el cuento de todos los años», de una propuesta inicial de bajada del 18% en la merluza para que, «al final, quede en la mitad», pero la realidad es que «se sigue rebajando» por tercer año consecutivo.
«No sé dónde hacen esos estudios», lamenta sobre la cigala, porque llevan años con observaciones de que «hay mucha cigala» con un recurso «equilibrado» y que se va a reabrir en Galicia, aunque tampoco será en 2022. «No sé de qué vamos a vivir», resume el también patrón mayor de la cofradía de Ribeira. «INASUMIBLE»
En conversación Europa Press, el secretario xeral de Pescagalicia, Torcuato Teixeira, recuerda que la propuesta inicial de recorte del 18% en la merluza era «brutal», pero que se aplique un recorte del 8% es igualmente «inasumible».
Tacha de «dislate» la bajada, puesto que cree que hay una gran diferencia «entre lo que los pescadores ven de que cada vez hay más merluza en el Cantábrico Noroeste y lo que los científicos aprecian».
Igualmente, Teixeira reprueba por «lamentable» que la captura de cigala lleve seis años cerrada, en una decisión que se tomó en su día «sin ninguna campaña científica». Apunta que los datos científicos certifican que hay datos «espectaculares» de esta especie, pero «se sigue manteniendo cerrada».
Considera que subidas del jurel o el rape «no compensa» tener cerrada la cigala ni el recorte a una flota «estratégica» como es la de la merluza, que estima puede alcanzar los 900 buques en Galicia entre arrastre, cerco y palangre, que se verán «muy perjudicados» al quedarse con «apenas 5.000 toneladas».
«AGRIDULCE»
Por su parte, el presidente de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), Javier Touza, explica a Europa Press que ve «luces y sombras» en una negociación que deja «sabor agridulce».
A este respecto, agradece la «lucha muy compleja» del ministro de Pesca, Luis Planas, y la conselleira do Mar, Rosa Quintana, porque se asistió a Bruselas «con los deberes hechos», lo que supuso «mejorar el punto de arranque» de la Comisión Euroepa.
Sin embargo, reconoce que «todo lo que sea perder cuota significa perder riqueza y empleo», tal y como ocurre con la merluza en aguas ibéricas y con mantener el cierre de la cigala. Sobre especies como el incremento del jurel, aún faltan por definir «aspectos técnicos» y resolver la «letra pequeña».
Touza recuerda que se demandaba una mayor sensibilidad con el sector pesquero por el esfuerzo hecho durante la pandemia, pero cree que solo se han podido alcanzar objetivos «parcialmente». Ahora, avisa de que estarán «muy pendientes» de «cómo queda» el impacto en la flota del Gran Sol por el reparto en aguas compartidas con Reino Unido, sobre lo que hay «incertidumbre».