La Policía Nacional considera «prácticamente» cerrada la investigación sobre el ataque a una mujer trans de 23 años, que fue supuestamente empujada desde la Muralla de Lugo por un joven al que conoció de copas en la madrugada del pasado domingo 31 de octubre, y que fue localizada por un transeúnte que en ese momento paseaba por el monumento Patrimonio de la Humanidad y que dio la voz de alarma.
Según fuentes policiales, ahora el «juzgado» tiene que ordenar esa toma de declaración de la joven, después de que haya sido dada de alta de la UCI del HULA en la jornada de este domingo y que pasara a planta. De hechos, su testimonio está pendiente de su situación clínica lo permita.
Estas mismas fuentes advierten que la investigación está casi «concluida», aunque siempre pendientes de que el juzgado, que decretó libertad con cargos para el presunto agresor, les pida hacer más diligencias. Y es que «ahora» tiene que ser el juzgado el que determine la toma de declaración de la joven trans, insisten las mismas fuentes.
Distintos colectivos atribuyen a una agresión «transfóbica» la agresión. Así, una de las portavoces de la Plataforma Feminista, uno de los colectivos que promovió una protesta el pasado viernes ante los juzgados de Lugo, Ana Torrón, ha puntualizado que la propia víctima le había trasladado que el ataque se produjo cuando le confesó al supuesto agresor que «era trans».