Acercar y adaptar los servicios públicos, una mayor cohesión intergeneracional y aprovechar las diferencias para conseguir objetivos comunes. Son algunas de las recetas ofrecidas para lo que Elena del Barrio, codirectora de Matia Instituto Gerontológico, ha denominado «crisis de los cuidados» durante el último debate del foro ‘Diálogo sobre el envejecimiento’.

Se trata de una iniciativa que se ha celebrado entre este lunes y este martes en el Centro Obra Social Abanca de Santiago con la colaboración de diferentes administraciones como el Parlamento Europeo, la Xunta, el Gobierno de España, el Ayuntamiento y la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

Durante la mesa redonda, en la que también han participado la conselleira de Política Social de la Xunta, Fabiola García, y el director científico del programa de mayores en Fundación La Caixa, Javier Yanguas, el sistema de cuidados se ha situado en el foco al tiempo que la gran pregunta que abría el debate: ¿Hay un conflicto intergeneracional en España?

Del Barrio ha apuntado hacia «estereotipos y prejuicios» que derivan en una «discriminación por motivos de edad», pero no ve realmente «problemas entre diferentes generaciones». «Sí existe una distancia entre generaciones que viene de la percepción de la otra persona», ha añadido.

Por su parte, la conselleira ha rechazado que haya un conflicto intergeneracional y ha preferido hablar del envejecimiento como «una realidad demográfica» que se debe abordar «como una oportunidad y un reto», al tiempo que ha explicado que las franjas de edad más bajas juegan un papel importante: «Para que le vaya bien a los jóvenes le tiene que ir bien a los mayores».

Sin embargo, Yanguas ha advertido que «el ascensor social se ha parado», porque la pobreza entre los jóvenes «aumenta en todos los países de Europa» de acuerdo con datos de la OCDE que ha citado. Así, ha señalado que este problema, junto a los «cambios en las relaciones» entre padres e hijos, «dificulta los cuidados».

«Es necesario concebir que el buen ciudadano es aquel que a lo largo de su ciclo vital provee tanta ayuda como recibe», ha añadido el director científico del programa de mayores en Fundación La Caixa, para seguidamente mencionar la necesidad de «una sociedad más cuidadora» en vista de los «problemas demográficos» que se prevén para las próximas décadas.

Eso sí, Javier Yanguas ha reconocido que «es muy complicado decirles a los jóvenes», cuando cuentan con salarios más bajos y «mayor tasa de pobreza», que deben atender a los mayores. Por eso, ha apelado a «mirar esto en términos de sociedad».

Con todo, la codirectora de Matia Instituto Gerontológico ha puntualizado que la precariedad de los jóvenes «no es consecuencia de un conflicto de edades» sino un «problema del sistema»: «Parece que esta generación no está dando un paso hacia adelante. Hay una estabilización o un paso hacia atrás».

POLÍTICAS DE LA XUNTA

Así, la conselleira de Política Social ha reivindicado políticas de la Xunta para avanzar en «cohesión entre jóvenes y mayores», entre las que ha mencionado centros intergeneracionales de convivencia –hay uno en Arteixo y otro en Ourense y «muy pronto» habrá un tercero en Vigo– donde ambos colectivos realizan actividades conjuntamente.

También se ha referido Fabiola García a programas de voluntariado compartidos entre jóvenes y mayores, así como la iniciativa ‘Talento Interxeneracional’, donde ponen en común los «puntos de unión necesarios».

En estas similitudes ha incidido Elena del Barrio, quien ha valorado la importancia de «trabajar en un propósito común» desde «la reciprocidad y la interpendencia», para también introducir en el debate el tradicional «rol de cuidadoras» de las mujeres. Por eso, ha explicado que habrá un debate «de largo recorrido» en el que pueden aportar instituciones públicas y privadas, ONG e incluso comunidades de vecinos.

LOS RECURSOS «DONDE LAS PERSONAS LOS NECESITAN»

Ante las posibles soluciones que pueden aportar las administraciones públicas, la conselleira de Política Social ha defendido políticas de cuidados de su departamento tendentes a «llevar los recursos allá donde las personas los necesitan».

En este contexto, ha mencionado programas como las ‘casas do maior’ y el Servizo de Axuda no Fogar (SAF), una prestación con la que los mayores se pueden sentir «atendidos y cuidados en su casa sin la necesidad de depender de su familia».

Precisamente, durante el turno de preguntas, uno de los presentes ha interpelado a la conselleira sobre «cómo y dónde» pretenden ser cuidados los mayores. «Hay una respuesta muy clara: donde ellos quieran estar», ha constatado García.

Acerca de la actuación de las instituciones, Elena del Barrio ha incidido en que «hay mucho por hacer y repensar» a raíz de la crisis de la covid-19: «Hay que ver y valorar la diversidad y las necesidades diferentes y trabajar en el propósito común de la solución».

¿JORNADA LABORAL DE 32 HORAS SEMANALES?

Otra de las preguntas realizadas por el público ha introducido la posibilidad de que las jornadas laborales de 32 horas semanales puedan permitir dedicar más tiempo a los cuidados. La conselleira, aunque no se ha posicionado directamente sobre este debate, sí ha llamado a «hacer todos un esfuerzo por sacar ese tiempo que es necesario» para atender a otras personas.

«Todos lo vivimos en nuestras propias carnes. Las horas del día no llegan para nada para atender a los hijos o para ir a visitar a tu padre o tu madre o incluso para pasar un fin de semana con ellos. Sin duda alguna, hay que avanzar en tener más tiempo para dedicarle a la familia», ha zanjado.