La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, ha valorado las fiestas patronales de la ciudad como «un San Froilán casi normalizado, que contó con muchísima afluencia de gente» y con el que «se consiguió el gran reto» de «dinamizar la economía de la ciudad, más allá de los eventos culturales».
«Este año buscamos esa dinamización económica, y creo que se consiguió. Escuchaba al presidente de los hosteleros (Cheché Real), que hablaba que en días puntuales se llegó al 100 por cien de ocupación hotelera pero en ningún caso se bajó del 80 por ciento. Son datos relevantes que nos ponen a la altura de cualquier otro San Froilán, en ese porcentaje de ocupación», ha resaltado.
A su juicio el «objetivo se ha conseguido», incluso «esa parte social tan importante, pensando en los más pequeños que volvieron a disfrutar de las barracas».
En cuanto a los vecinos, no duda que «fue un punto de evasión, de esparcimiento, que desde el punto de vista de la salud mental también es tremendamente necesario».
Finalmente, ha destacado que «fueron muchos los que se pasaron por el ferial, y mucha gente por la calle». «Fueron muchísimos (visitantes), hubo momentos en que había más gente en una calle como Obispo Aguirre que pudo haber en el recinto ferial donde había control de aforo y estaba limitado. Se dio la paradoja de que había más gente en una calle que en el propio ferial», concluía.