Los representantes de los trabajadores de la planta del grupo Stellantis en Vigo (antes PSA Peugeot Citroën) han reclamado a la empresa que, tras la suspensión del turno de fin de semana (cuarto turno) del sistema 2, el que monta las furgonetas y monovolúmenes, se tomen medidas para proteger a los operarios afectados y para «equilibrar la carga de trabajo» entre turnos y sistemas de producción.
Los sindicatos han trasladado este miércoles sus propuestas a la dirección de la factoría, después de que ésta hubiera planteado que la suspensión del turno se haga efectiva a partir del 3 de octubre. Esta suspensión afecta, según la compañía, a unos 750 trabajadores, y la empresa ha propuesto que 200 pasen a los turnos de la semana de la M2, y otros 450 serían recolocados en la M1 (tanto por la semana como el fin de semana), mientras que el centenar restante se irían de la fábrica, puesto que finalizan contrato.
El sindicato mayoritario, SIT, ha transmitido a través de un comunicado publicado en su web, que pedirá «sensibilidad» a la empresa con las personas afectadas por las medidas de movilidad, y que reclamará que se favorezca la conciliación y las condiciones de los operarios en puestos adaptados.
El sindicato UGT ha pedido que se respete la duración de los contratos y que se atienda «individualmente» a la situación de cada trabajador. Asimismo, ha reclamado que se «equilibre» la carga de trabajo entre turnos y sistemas, y se avance en el proceso de novaciones, entre otras medidas.
CC.OO., por su parte, exige que se respete al menos un año de contrato de todos los eventuales, para que puedan acceder a prestaciones cuando se vayan al paro y, en caso de que no sea posible, que tengan prioridad cuando se incorpore personal. Al respecto, también han pedido que no se hagan nuevas contrataciones antes de recolocar a los afectados por la suspensión y que se respeten las conciliaciones.
AMPLIAR EL ERTE
Los representantes de la CUT han exigido a la empresa que aporte más datos y el informe técnico que avale las medidas, al tiempo que han alertado de que se va a afectar a más empleo del inicialmente planteado (la central estima en torno a un millar).
Además, piden que se equilibre la carga de trabajo, que se les «condone la deuda» a los trabajadores afectados por las medidas, especialmente a los eventuales que se irán sin derecho a prestación, que se revisen las medidas sociales pactadas en el ERTE (y que se incluya a todo el personal), y que se mejoren las condiciones de los contratos indefinidos a tiempo parcial, «que estuvieron sin ingresos».
Finalmente, la CIG ha reclamado a la empresa que asuma el «crédito de horas en negativo» por las paradas de producción, que se cree una bolsa de empleo para reincorporar a los eventuales que no cumplan el año de contrato (con el compromiso de no hacer nuevas contrataciones fuera de esa bolsa) y la movilidad voluntaria de los fijos a tiempo parcial de los turnos de noche a los turnos de día.
La central nacionalista también pide que se baje la cadencia de trabajo sin reducir personal, que se equilibre la carga, que se extienda el ERTE a toda la plantilla y que se aprovechen las jornadas de parada para dar formación.
Por otra parte, los representantes de los trabajadores también han pedido una comisión de seguimiento para poder «fiscalizar» las medidas que la empresa aplique como consecuencia de la suspensión del turno de fin de semana de la M2. Empresa y sindicatos volverán a reunirse el viernes para debatir las propuestas y tratar de consensuar las medidas.
CRISIS DE LOS MICROCHIPS
La suspensión del turno de fin de semana del sistema 2 deriva de los problemas de aprovisionamiento causados por la crisis global de los microchips, que ha obligado a parar la producción en esa línea en numerosas ocasiones en los últimos meses.
De hecho, según los datos hechos públicos por el sindicato SIT, solo en lo que va de año, Stellantis Vigo ha dejado de producir 87.864 vehículos y la actividad general ha descendido en un 20 %. En el caso de la M2, la actividad ha sufrido un descenso del 67 % solo en el período posterior a las vacaciones de verano, en el que apenas ha podido producir con normalidad.