Informaciones de asociaciones vecinales, llamadas al 091 y avisos anónimos recibidos en las diferentes plataformas y aplicaciones de colaboración ciudadana de la Policía Nacional sobre un punto negro de venta de drogas en una vivienda de Vigo han llevado a este cuerpo a practicar una treintena de detenciones por menudeo de sustancias estupefacientes.
Los avisos alertaron a la Policía Nacional de que un clan familiar dirigía la venta de drogas en una vivienda ubicada en la calle Xilgaro 62 de Vigo, donde ya en años anteriores se habían producido intervenciones policiales por drogas.
Así, se abrió una investigación el pasado mes de enero por parte del Grupo UDEV Drogas de la Policía Nacional, que la mantiene abierta porque se prevén más detenciones en los próximos días, según informa en un comunicado.
Además de la treintena de personas ya arrestadas por tráfico de drogas, se practicaron ocho registros domiciliarios, fueron intervenidos cuatro vehículos y una motocicleta, tres armas de fuego, armas blancas y una defensa extensible, 11 balanzas de precisión, material informático y numerosos teléfonos móviles, así como más de 20.000 euros en efectivo y 10 kilos de hachís y 110 gramos de cocaína.
UNA MADRE Y DOS HIJOS
Los principales investigados forman parte de un clan familiar, dirigido por la madre y dos de sus hijos de «etnia gitana», como proveedores de la sustancia estupefaciente, de la que se abastecen personalmente a demanda, por turnos de trabajo, generando con ello «elevados ingresos económicos», que reparte entre los miembros de esta familia.
La venta de sustancias estupefacientes en esta vivienda genera «un trasiego continuo» de toxicómanos, a cualquier hora del día y de la noche, y con ello alarma social y preocupación entre los vecinos de la zona, que sufren desde hace años los efectos de la venta de droga en el barrio, con altercados, suciedad o hurtos, entre otros inconvenientes, resalta la Policía. A uno de los detenidos se le imputan también dos delitos de lesiones.
La vivienda de la calle Xilgaro está «continuamente habitada» por diferentes personas, bien por los propios vendedores, de forma temporal, o quienes custodian la droga, que son utilizados por el núcleo familiar para la distribución de la misma. Para ello se desplazan a las calles aledañas con pequeñas dosis de sustancia estupefaciente, denominados en el argot como «corrillos».
Entre los detenidos están los que se proveen de la sustancia estupefaciente, desplazándose a localidades cercanas, los que «cocinan» la droga –preparando la dosis para la venta y consumo–, los que se dedican a «guardería» –ocultar y custodiar la droga–, y por último, los vendedores, que en pequeñas cantidades distribuyen la sustancia preparada para el consumo, incluso en el interior de la vivienda.
La operación la lleva el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, que mantuvo el secreto de las investigaciones, hasta el momento en que pasaron a disposición los detenidos, que han quedado en libertad con cargos.