Vecinos de la comarca de A Mariña y trabajadores de la planta de Alcoa San Cibrao, en Cervo (Lugo), han vuelto a protagonizar este domingo una multitudinaria concentración frente al Ayuntamiento de Xove para urgir al Gobierno central, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), a acometer la «intervención temporal» de la fábrica.
Esta protesta, en la que han participado en torno a 5.000 personas –según cifras estimadas por el comité de empresa–, ha servido también para recordar que hace un año del inicio de las movilizaciones contra el ERE planteado el 28 de mayo de 2020 por la multinacional.
Este expediente, que posteriormente fue suspendido por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), está ahora pendiente de lo que decida el Tribunal Supremo sobre el recurso presentado por Alcoa.
En declaraciones a Europa Press, el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha agradecido la «muy buena» acogida que ha tenido la movilización, que ha discurrido «en un tono reivindicativo» tras 365 días con más de 500 empleos en el aire.
La plaza del Ayuntamiento de Xove y las calles colindantes se han llenado este mediodía de cascos, monos de trabajo, globos azules y pancartas en las que se podía leer las ya habituales consignas ‘Enerxía solución’, ‘Alcoa sálvase loitando’ y ‘Madrid, escoita, A Mariña está en loita’.
Incluso han hecho saltar por los aires una tarta de cumpleaños para simbolizar el tiempo transcurrido desde la presentación del ERE.
LOS TRABAJADORES, TODAVÍA «PENDIENES»
Y es que un año después, tal y como ha lamentado el presidente del comité de empresa, los trabajadores siguen «pendientes» de una intervención temporal por parte de la SEPI que, de hecho, es un «mandato del Parlamento de Galicia y del Congreso».
Esta compra pública temporal serviría, explica Zan, para que luego el Estado venda la fábrica a un tercero que garantice en ella la carga y los puestos de trabajo.
Precisamente, el comité de empresa iniciará esta semana una ronda de reuniones con los posibles compradores, comenzando el miércoles con Liberty, primera compañía que se interesó por la fábrica de San Cibrao.