Fomentar redes en el ámbito local que mejoren la detección de las personas que viven en soledad no deseada y, llegado el momento, darles recursos como un ‘teléfono de la soledad’ o articular censos que den una visión global de la situación. Son propuestas incluidas en el segundo borrador de la Estratexia Galega de Atención á Soidade non Desexada con el que trabaja la Xunta tras debatir con las entidades del sector.
Tras realizar un diagnóstico de la situación en la Comunidad –en la que el propio presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, concretó este lunes que hay 126.000 personas de más de 65 años que viven solas– y fijarse en distintas medidas impulsadas a través de entidades o a nivel municipal en España, la Administración gallega aboga por convertirse en «pionera» y articular una estrategia autonómica.
En el borrador, que previsiblemente aún sufrirá modificaciones hasta su aprobación definitiva (entre junio y julio es el plazo en el que se podría dar este paso) se detallan varias líneas estrategias y actuaciones concretas. Así, en el ámbito de la prevención se apuesta por el fomento de programas dirigidos a la participación cultural, política y social de las personas en riesgo de caer en soledad no deseada.
También por el fomento del voluntariado y el asociacionismo de y entre mayores y personas con discapacidad, así como el fomento de soluciones de vivienda que fomenten el encuentro y la interlocución entre las personas (con propuestas como las cooperativas, el ‘cohousing’ o las viviendas intergeneraciones); o la optimización de las redes de transporte para facilitar la movilidad y participación.
Como segunda línea, se apuesta por promover el envejecimiento activo con medidas como el impulso a la formación permanente y continua de los mayores incorporando las nuevas tecnologías.
CENSOS DE PERSONAS EN SITUACIÓN DE SOLEDAD NO DESEA
Pero si en algo coinciden las entidades y la Xunta es en poner el foco en la red más inmediata, impulsar proyectos que desde el ámbito venical contribuyan al bienestar de las personas que se sienten solas o disepar espacios para la convivencia y habilitación de espacios de encuentro en el ámbito público.
Precisamente, en clave de detección, el documento constata la «gran dificultad» que entraña en ocasiones detectar el problema debido a que la propia definición de soledad tiene un componente de percepción subjetiva. En este punto, ponen el enfoque en el entorno social y en el sanitario.
De hecho, además de apostar por potenciar el trabajo coordinado entre administraciones, también se fija el reto de reforzar la coordinación sociosanitaria enfocada a la detección de estos casos, dando relevancia al rol que juegan los servicios de Atención Primaria.
Asimismo, se apuesta por el desarrollo de proyectos de ámbito comunitario destinados a fortalecer las redes de apoyo local que permitan la detección de la soledad no deseada a modo de ‘radares’ y articulen los canales de comunicación necesarias para informar sobre la situación a las instancias pertinentes.
Entre los proyectos está también la colaboración con las entidades locales de un mapa o censo de personas en situación de soledad no deseada.
INTERVENCIÓN
En la intervención, se apuesta por la extensión o refuerzo con una visión más amplia de servicios como la teleasistencia o ‘Xantar na casa’, al tiempo que se busca una respuesta con políticas específicas: el desarrollo de planes personalizados, de protocolos y pasos como la creación del teléfono de la soledad.
Asimismo, en la línea de la innovación y sensibilización se apuesta por dar pasos como la creación de un banco de buenas prácticas y experiencias sobre soledad no deseada ; o formar a la comunidad en la indentificación de situaciones de riesgo.
Finalmente, en clave de cooperación se vuelve a incidir en la promoción de la participación activa y la consolidación de las redes vecinales, impulso del comercio de barrio y de otros agentes privados con implantación territorial como figuras clave de la respuesta, e impulso a la corresponsabilidad social de la empresa privada.