Tras un periodo de crecimiento sostenido, el turismo gallego afrontaba el primer Xacobeo en 11 años con las expectativas muy altas. Sin embargo, la pandemia de covid-19 llegaba para atacar la línea de flotación de uno de los activos económicos más importantes de Galicia. En medio de ese huracán, el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, asumía una nueva responsabilidad, la del turismo, que a día de hoy tiene más dudas que certezas, pero que, a corto plazo, su responsable autonómico fía totalmente al mercado nacional, ya que «va a ser complicado» que los viajeros internacionales lleguen antes de 2022.
«Por mi, que vengan cuanto antes, pero, siendo realistas, lo lógico es pensar que será a partir del año que viene», ha explicado, en una entrevista concedida a Europa Press. Para que los visitantes extranjeros regresen, recuerda, se necesita, entre otras cuestiones, «que la vacunación despegue», no solo en Galicia, si no en el resto de España y en el resto de Europa, lo que aplaza hasta el inicio del próximo ejercicio el turismo extranjero. «Pensar otra cosa, yo creo que en ese momento sería ser poco realista y desaprovechar el empuje que podemos tener para el turismo nacional este año», ha resumido.
Con esta actividad interna, y las ayudas que puedan seguir implantándose, el vicepresidente primero confía en que los establecimientos puedan «ir sobreviviendo» e incrementando el peso de los viajeros españoles que busquen en Galicia zonas «menos masificadas». «De aquí en adelante, y durante bastante un tiempo, eso va a ser una ventaja», ha zanjado.
DESCARTA AYUDAS A AEROLÍNEAS
Sin embargo, por donde no pasa el responsable autonómico es por recuperar el turismo internacional a base de incentivos para que las compañías aéreas recuperen y mantengan enlaces en los aeropuertos gallegos.
La Xunta, ha recordado para Europa Press, «hace casi 10 años que dejó de hacer este tipo de incentivos», por lo que «va a ser difícil» regresar a esta política. «El problema de esto es que, cuando se deja el incentivo, vienen los problemas, o, de repente la línea aérea, te pide unas condiciones mucho más leoninas que las que estaba pidiendo», ha recordado Rueda, que ha reivindicado la necesidad de volver a poner en valor la coordinación entre las tres terminales, antes de que cada uno haga «la guerra por su cuenta».
De hecho, el vicepresidente cree que la coordinación aeroportuaria entre todos los implicados «va a ser más necesaria que nunca» en la etapa post-covid y, sobre todo, teniendo en cuenta la llegada del AVE a Galicia, que será «un competidor más» al transporte aéreo.
Más allá y ante este reto, Alfonso Rueda se muestra firme en que el sistema de subvenciones a aerolíneas «no funciona». «Si el planteamiento es recuperar el turismo internacional a base de subvencionar viajes de líneas aéreas, desde luego esa no va a ser la política de la Xunta», concluye.
HOSTELERÍA
Uno de los retos a los que se enfrenta Alfonso Rueda en este ámbito es el de la interlocución con el sector hostelero, afectado gravemente por la crisis del coronavirus. Ante ellos, reconoce que no siempre se han podido tomar decisiones con la antelación posible, pero cree se ha ido mejorando.
«Somos conscientes de que tomamos decisiones muy duras y a veces con muy poco tiempo», ha dicho el vicepresidente primero, para quien, en ocasiones, «no hubo más remedio que hacerlo así» para evitar efectos nocivos. «No es nada sencillo, y creo que sobre la marcha fuimos mejorando bastante», ha explicado.
Una visión más pesimista tiene para el ocio nocturno, para el que considera que, en las circunstancias actuales, su reactivación es «complicada». De ellos, ha destacado que se trata de un sector «bastante organizado» y que, en el caso gallego, cumplió los «estrictos» protocolos impuestos. Sin embargo, reconoce, las autoridades sanitarias hablan de los riesgos de contagio por aerosoles y del contacto, por lo que «este tipo de entornos parece que son los más favorables».
«Yo espero que tengan una solución cuanto antes», destaca Alfonso Rueda, aunque «todo indica que la situación tiene que mejorar mucho aún para que este tipo de locales puedan funcionar», además de por sus características propias, por la vigencia del toque de queda, que «choca» con sus horarios. «Por lo tanto, en este momento es complicado, somos plenamente conscientes de que lo tienen complicado», lamenta.
EL FUTURO DEL CÓDIGO QR
En el ámbito hostelero, una de las medidas que más ha dado que hablar en las últimas semanas es la implantación del Código QR para el seguimiento de brotes, cuestionado por algunas voces en el sector. Sin embargo, Alfonso Rueda destaca las fortalezas de esta «medida innovadora» que, en su opinión, ha llegado para quedarse.
Entre otras cosas, ha servido para «regularizar muchos locales» que no se encontraban de alta en los registros voluntarios de la Xunta y que lo hicieron al descargar el documento de aforos, apunta Rueda. Del mismo modo, «había muchas empresas registradas que ya no existían y no se habían dado de baja». «Ahora tenemos en el registro una imagen bastante fiel de las empresas turísticas hosteleras que tenemos en Galicia», subraya.
Aunque la utilización del Código QR en hostelería «no es masiva» a día de hoy, reconoce –«somos los primeros que lo sabemos, pero ya lo teníamos previsto», añade–, consideran que este sistema «funciona» y que, aunque «ahora es innovador», en «dos o tres años será lo normal» y «este tipo de controles de acceso estarán a la orden del día».
Por ello, cree que estas circunstancias de cambio son «un buen momento» para «ir abriendo camino en un sector como el turismo y el ocio» a este tipo de herramientas que, en unos años van «a ser el sistema más normal del mundo para muchísimas cosas».
EL RETO DEL AÑO SANTO
En otro orden de cosas, en este inusual Año Santo, Alfonso Rueda confía en que la extensión hasta 2022 favorezca «un boom» de peregrinos en cuanto la movilidad se permita, pero cree que esto no generará problemas de afluencia excesiva. «Tenemos año y medio, lo que hay que intentar es escalonar un poco», ha explicado.
De hecho, ha puesto en valor las medidas preventivas de los albergues y ha apostado por fomentar los distintos caminos para no saturar los más habituales, «Ojalá que el problema sea que vengan muchos peregrinos, ya intentaremos gestionarlos», bromea el vicepresidente, que, en los espacios abiertos del Camino apela a «la prudencia de la gente», que «ha aprendido a huir de las grandes aglomeraciones».
En todo caso, y frente a las voces que critican una excesiva ‘mercantilización’ del fenómeno Xacobeo, Alfonso Rueda defiende la base religiosa de la peregrinación y del Camino. De hecho, recuerda, es la propia Iglesia la única que puede decidir, como así lo hizo, la ampliación hasta 2022 del Año Santo, algo que, si no se hubiese producido, habría significado «perder la mitad» de esta cita por una «circunstancia tan excepcional» como la pandemia.
«Creo que, esta vez, la prórroga, desde todos los puntos de vista, está bien justificada, y, por el hecho de que dure un año más, en un año tan difícil, no desmerece los aspectos religiosos», ha zanjado. Para el vicepresidente, ámbito religioso, cultural y turístico «se complementan» y reivindica que la Xunta siempre ha sido respetuosa con ese trasfondo. «La Xunta lo tiene claro, que el Camino de Santiago tiene mucho aprovechamiento turístico, pero es algo más que turismo», concluye.