Las prestaciones de la Ley de Dependencia de Galicia (Lapad) cubren las necesidades de la mitad de los dependientes gallegos (51%) mayores de 65 años, según un informe del Consello Económico e Social de Galicia (CES) que, aunque ha destacado «los avances y esfuerzos de la Administración pública en esta materia», reconoce que «aún hay muchos aspectos a mejorar».

Estos datos sobre la dependencia y el cuidado de los mayores en la comunidad autónoma se recogen en el informe ‘O sistema de coidados de longa duración en Galicia desde a perspectiva da prestación de servizos e creación de emprego’, presentado esta mañana en la sede del CES en Santiago de Compostela por su presidente, Agustín Hernández, y los responsables del estudio y docentes en la Universidade de A Coruña, Raquel Martínez Buján y Paolo Rungo.

«El objetivo es que el informe sea útil para la sociedad gallega, que sea un punto de partida para mejorar, por lo que le trasladaremos el estudio y sus conclusiones al Gobierno autonómico», ha indicado el presidente del CES sobre un estudio que nació con el objetivo de «evaluar el sistema de cuidados de las personas mayores dependientes desde la implementación de la Lapad.

«Aunque los datos reflejan que la administración pública ha hecho un gran esfuerzo y se percibe mejoría, hay aspectos que corregir. Es necesario actualizar el modelo de cuidados porque, datos como el aumento de la esperanza de vida, provocan una tensión en el sistema actual», ha explicado Martínez Buján Para la responsable del informe, la atención a la dependencia «es el desafío más relevante» de nuestro tiempo.

En Galicia, según indica el estudio, más de 120.000 son dependientes, 117.875 viven en sus propios hogares y un 77% de ellos son mayores de 65 años.

Atendiendo a las estadísticas de esperanza de vida y de natalidad, el CES predice que «el crecimiento de la población dependiente con derecho a prestación alcanzaría, de media, las 1.780 personas al año, hasta llegar a poco menos de 140.000 en el año 2035».

UN SECTOR ALTAMENTE PRECARIZADO Y FEMINIZADO

Otro de los problemas que, según el estudio del Consello Económico e Social presenta el sistema de cuidados gallego es la «alta precarización y feminización» de estas tareas. El CES señala que el 66,5% de las personas con dependencia recibe cuidados únicamente de la familia.

En los núcleos familiares, además, el 62,8% de las cuidadoras son mujeres, con una media, a la semana, de 43 horas de cuidados, que llevan desempeñando, de media, «unos ocho años».

«Una de cada 3 mujeres ha reconocido además que, en algún momento, ha reducido su laboral para hacerse cargo del cuidado de un dependiente», ha recalcado Martínez Buján.

Raquel Buján ha demandado a este respecto un «mayor reconocimiento de los cuidados como actividad esencial» y del papel de la mujer en este ámbito, que se enfrenta a grandes dificultades debido a las diferencias de género y generacionales.

Paolo Rungo ha matizado en este sentido que muchas mujeres cuidadoras se enfrentan a una triple discriminación: por ser mujeres, por tener una baja cualificación profesional -el 60% de las empleadas domésticas no tiene educación superior– y, en muchos casos por su nacionalidad, «ya que 4 de cada 10 empleadas en el hogar son de nacionalidad diferente a la española, cuando la tasa de trabajadores extranjeros en Galicia no llega al 4%».

La temporalidad, según ha destacado Rungo, también es mayor en este sector, donde los contratos de este tipo alcanzan el 35%, mientras que la tasa general en Galicia se encuentra en el 25%.

LOS CUIDADOS, «YACIMIENTO IMPORTANTE DE EMPLEO» EN GALICIA

Para el responsable del estudio es necesario subsanar y corregir esta situación ya que los cuidados son ya «un yacimiento importante» de empleos en Galicia.

Según el informe, 26.000 personas están empleadas en el ámbito de los cuidados y, de cumplirse la tendencia que indica que la población dependiente en Galicia seguirá aumentando, «se necesitarán entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo a tiempo completo entre el año 2020 y 2035».

«El impacto sobre el empleo depende de forma crucial del modelo de cuidado», ha afirmado el responsable del estudio y, según ha señalado, ahora mismo depende en gran parte del sector privado.

«Aunque la LAPAD y la administración pública han impulsado enormemente la creación de empleos en el sector, entre un 60% y un 80%, las contrataciones siguen dependiendo mayoritariamente de asociaciones privadas (un 87%)».

El informe también indica que crece más el cuidado no residencial, que se encuentra en un 66%, que el residencial, un 12%. Rungo ha achacado estas diferencias a «múltiples factores» como pueden ser «la propia sociedad gallega, que prefiere los cuidados a domicilio» y el sistema de residencias, que ahora mismo tiene disponibles tres plazas por cada 100 gallegos mayores de 65 años –la cobertura total se da con cinco plazas–.

En este sentido Raquel, ha subrayado que los datos son positivos, pero que la meta final ha de ser «garantizar el 100 de los dependientes opten a recursos públicos para cubrir sus necesidades» para lo cual el informe adjunta algunas recomendaciones como «avanzar en la coordinación socio-sanitaria, priorizar los servicios frente a las prestaciones económicas, mejorar la información sobre financiación y copago, abordar el impacto de la desigualdad de género o aumentar hasta un 1,5% del PIB los fondos para dependencia».