Los ERTE aplicados a día de hoy se traducirán en cierres de algunas empresas, sobre todo en sectores como la hostelería y el comercio. Esto es lo que sucederá según algunos sindicatos. El gran temor es la pérdida de puestos de trabajo masiva después de la finalización de este período “de gracia” que precederá a la crisis económica que ya anunciaban desde el FMI el pasado 2020. Por su parte, sectores empresariales están a favor de la extensión de esta fórmula durante el período de crisis. El motivo es evitar el cierre de empresas. Existe también la idea de que, en comparación con la crisis de 2008, la crisis por COVID afecta a todos por igual, países ricos y países pobres, de ahí que los condicionantes emitidos por los países más ricos en esta ocasión, no sean tan draconianos con los países pobres como sucedió con las “recetas de austeridad”.
ERTE, ¿UNA BOMBA O UNA SALVACIÓN?
Los ERTE son vistos como una buena medida en tanto que “mantienen vivos el empleo y la actividad empresarial por ahorrar costes” dicen desde CCOO. Desde otra perspectiva, esta vía de enfrentar una crisis económica “son herramientas que pagan los trabajadores a partir de ayudas públicas y que ayudan más al empresariado que al trabajador” señalan de la CUT. Esa mayor utilidad para los empresarios da la oportunidad de recurrir al ERTE en varias ocasiones? “Nosotros avisamos de la necesidad de controlar su uso, porque se abusó de esta figura y sin justificación”, segundo dicen desde la CIG. La CEG ve necesaria la extensión temporal de estos expedientes para “evitar una mortandad empresarial desmesurada que de otro modo se podría dar en la práctica”.
“El abuso de esta figura legal tuvo su origen en la reforma laboral por eliminar buena parte del control sobre lo ERTE” dicen fuentes de la CIG. El efecto es que la población ve personas que “cobran” continúan nos sus puestos de trabajo. Mas todo esto no garantizador a continuidad en dichos puestos aunque “los puestos se garanticen durante seis meses después del expediente temporal” desde CCOO, sindicato que también reclama aplicar con fuerza a idea de “si esa empresa hace un ajuste durante el período del ERTE que devuelva el dinero”. “Aunque sí sirvieron para amortiguar la pérdida de empleo, estas medidas son muy mejorables, sobre todo en su gestión” apunta la CUT.
Y aun así, aun reduciendo los cuestes económicos y sociales que supondría una crisis económica, el cierre de empresas es inevitable? “Efectivamente esa posibilidad se puede dar” aseguran desde la CEG. “Se puede dar el caso de que económicamente no puedan subsistir y recurran a un procedimiento concursal que derive en la desaparición de la empresa”.
FISCALIZACIÓN DE LOS ERTE
La pérdida desmesurada de puestos de trabajo es una tragedia, mas cuando se inyectó liquidez con dinero público para evitar el desempleo masivo, surge la pregunta, que hicieron con el dinero del Estado o de la UE o autonómicos? “Tenemos el caso de Gamesa, por ejemplo, recibió subvenciones para recuperar empleo” para acabar deslocalizando la producción sin que “hubiera un mecanismo fiscalizador que penalizara una maniobra comom esta” apuntan desde CCOO Empleo.
“Ese fue un ejemplo (lo de Gamesa) para pedir dinero público y luego decir que sino cierran” incide la CUT. “Es como una relación mafiosa, me paga y mantengo los puestos” insisten desde la Central Unitaria. Chantagista o no, el empréstito público procede muchas veces de unas negociaciones entre gobiernos y grandes empresas que casi siempre pueden cerrar y buscar otro espacio donde abrir. “Es un problema sistémico, nadie se opone a las grandes empresas”.
“La relación es de chantaje, si la empresa empieza a tener pérdidas o dice tener pérdidas, empieza un chantaje al Estado para que le entregue dinero sin garantías de devolución” analizan desde la CIG. Desde la CEG, preguntados sobre la necesidad o no de un modelo fiscalizador sobre los ERTE, que controle el uso diera dinero público, apuntan que “estos mecanismos de control ya existen, ya están habilitados por el Gobierno como pueden ser las campañas inspectoras”.
Aun así, los ERTE y parte de las coberturas sociales no llegaron a todos. Esto porque justo antes de comenzar las medidas económicas contra la COVID, hubo mucha gente que estaba ya sin trabajo con contratos finalizados. Estas personas pederon derechos de protección durante la pandemia.
Los ERTE pueden acabar en ERE, expedientes de reglamentación de empleo cuyo objetivo la mayoría de las veces es el cierre de la empresa. No hay cálculos sobre el porcentaje de empresas, medianas y pequeñas que puedan desaparecer. Según estimaciones sindicales y empresariales la industria puede capear mejor la crisis “que viene”, por otra parte habrá sectores con una fuerte caída del empleo sin un horizonte claro de recuperación.