Unos 280 reptiles y mamíferos marinos, muchos de ellos especies amenezadas, varan cada año en la costa de Galicia. El 10% lo hacen todavía con vida y son trasladados para su recuperación gracias al convenio suscrito entre la Administración gallega y la Coordinadora para o estudo dos mamíferos mariños (Cemma), un acuerdo que acaba de ser renovado y que permitirá continuar desempeñando estas acciones.
En el litoral gallego destacan dos especies de cetáceos. Se trata de la marsopa o ‘toniña’ (Phocoena phocoena) y del arroaz (Tursiops truncatus). Además, también está presente la tortuga marina común (caretta caretta).
Todas ellas cuentan con el estatus de ‘vulnerables’ dentro del Catálogo gallego de especies amenazadas y son algunos de los 280 ejemplares que quedan varados en las costas gallegas anualmente.
Además de tratar de recuperar a aquellos que llegan con vida, la Cemma también se encarga de la retirada y estudio de los cadáveres. De ellos extraen información «imprescincible» para adoptar medidas para reducir los elementos que causan amenazas sobre estas especies.
En virtud del convenio suscrito con la Consellería de Medio Ambiente, Cemma se compromete a comunicar a la Xunta la detección de episodios de varamientos de tortugas y mamíferos marinos en la costa gallega, así como a prestar los primeros auxilios a los ejemplares vivos, que posteriormente son hospitalizados y tratados.
Cemma colabora con la Administración autonómica desde el año 2003 desempeñando estos trabajos. De hecho, es la única entidad autorizada por la Dirección General de Patrimonio Natural para gestionar y coordinar la ‘Red de Varamentos de Galicia’.
La coordinadora dispone de dos unidades móviles y un centro veterinario en Nigrán, dedicado exclusivamente al tratamiento de estos animales y donde cuentan con una unidad de cuidados intensivos.
Una vez se logra la estabilización del ejemplar tras prestarle los cuidados idóneos, la segunda fase de la rehabilitación se centra en prepararlo para retornar al medio marino.
Para este proceso, Cemma colabora con el Instituto Gallego de Formación en Acuicultura (Igafa), dependiente de la Consellería del Mar, ya que dispone de una piscina exterior en sus instalaciones en la Isla de Arousa.