José Manuel Leal, el padre de la niña Desirée hallada muerta en la vivienda familiar de Muimenta, en el municipio de Cospeito (Lugo) donde residía con su madre, ha anunciado que pedirá la prisión permanente, ya que quiere que se prescinda de lo de «revisable», para la madre y presunta asesina de la menor que contaba con siete años cuando murió en mayo de 2019.
El 3 de mayo de 2019 representa una fecha imborrable en la memoria de este padre que tuvo que desplazarse desde A Coruña donde trabajaba como guardia de seguridad después de que la «abuela materna», ha puntualizado, «lo de abuela entre comillas», le comunicase que su hija había muerto.
Entre lágrimas confiesa que siempre lleva en el «recuerdo» a la pequeña, aferrado a «una foto de ella cada vez» que se le «viene a la mente cómo apareció» su niña, su «princesita», ha señalado, con «la boquita destrozada y sangre en las uñas para defenderse, en los brazitos».
«Más que difícil olvidar eso es imposible. Estoy con mucho tratamiento, diez pastillas y si no fuera por eso no se donde estaría», ha asegurado José Manuel, quien tuvo que dejar su trabajo por una «incapacitación» e irse a vivir con sus padres en la parroquia de Roupar, en el municipio de Xermade (Lugo).
Sobre la presunta autora, la madre de la menor, la describe como «un monstruo», que permanece en la prisión de Teixeiro (A Coruña) desde poco después de haberse perpetrado el crimen. «Mi único pensamiento es irme junto a Desirée para estar a su ladito», ha apostillado.
José Manuel Leal avanza que pedirá la «prisión permanente» revisabñe para la que fue su mujer y de la que llevaba separado cuatro años cuando se produjeron los hechos. «Cumple todos los requisitos», ha subrayado, entre otros «ensañamiento y menor de edad» y aún así «nunca pagará lo que hizo» si finalmente es condenada, ha apostillado.
«Siempre digo que la normativa del código de circulación cada año se cambia, con sanciones más duras y en estos casos el Código Penal sigue igual, no se ha reformado para estos casos de monstruos humanos, de escoria humana», ha manifestado este padre que tiene claro que este tipo de delincuentes «no pueden volver a juntarse con el resto de la sociedad y aún así jamás pagarán por lo que hicieron».
El padre de la menor asesinada recuerda cuando tuvo que enterrar a Desirée «con un espadatrapo en la boca, que la llevaba toda cosida, con la boca destrozada» lo que le impidió despedirse de ella con «un besito», ha agregado.
Y es que la asfixia mecánica se ha apuntado como posible causa de la muerte de la niña de «siete añitos», ha recordado, que la noche anterior se había despedido de su padre con «millones y millones de muchos besitos y abrazos». «Era un cielo de niña, le encantaban los animales, los cuidaba. Nos queríamos muchísimo», recuerda José Manuel Leal, que reconoce los problemas que ya se le plantearon por su ex mujer desde el primer día de su separación.
ÚLTIMA CONVERSACIÓN
«La profesora de religión siempre me contaba que Desirée cuando salía e iba a pasar el fin de semana conmigo decía hoy voy a ir junto papá», ha señalado.
«La noche anterior, el viernes iba a recoger a mi princesita a las siete de la tarde. A la madre no le gustaba nada que le dijera que quería hablar con mi niña, ella decía que tenía nombre. Pedí hablar con Desirée y las últimas palabras fueron ‘bueno papa hasta mañana’ y yo le correspondí con muchos besitos y abrazos, a lo que respondió ‘pues yo millones de millones de besitos y abrazos'», ha revivido la última conversación con su hija. Ahora espera que se pueda «hacer justicia».