Los hosteleros gallegos han recibido este martes de forma «positiva» la decisión del Tribunal Superior de Justicia de País Vasco de ordenar, como medida cautelar, la reapertura de los bares y restaurantes, aunque han advertido de que trasladar esto a Galicia no resolvería los problemas de deuda acumulados en estos meses de restricciones: «Abrir mañana tampoco nos solucionaría nada».
Así lo han explicado responsables de asociaciones de hostelería a Europa Press tras conocer la resolución del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que permite reabrir a los bares y restaurantes de Euskadi que se encuentran en ‘zona roja’ por la alta incidencia de la covid-19, una medida cautelar que había sido solicitada por este sector mientras no se resuelve su recurso contra el cierre. El Gobierno vasco ya ha avanzado que estudia recurrir el auto.
Desde Hosteleros Empresarios de Pontevedra (Hoempo), Elena Vitoria afirma que se trata de una decisión «positiva», pero que insta a tomar con «prudencia», dado que «está basada en una legislación que no es la misma» que la gallega y contra ella «cabe todavía recurso».
Esta asociación «lleva ya tiempo valorando varias opciones» a nivel judicial y prepara tanto denuncias individuales como una demanda colectiva en relación a su situación, aunque no en la línea de los hosteleros vascos, ha apuntado Vitoria, que considera el recurso a la justicia «el derecho a réplica» que le puede quedar al sector frente a los cierres. «Pero no es la solución», ha advertido.
Tras casi un año de sucesivos cierres y restricciones, ha apuntado, el problema de los hosteleros es «la deuda acumulada» y la «situación límite» de muchos negocios, por lo que, advierte, «si mañana terminase la pandemia, las empresas seguiríamos sufriendo mucho igualmente».
Más allá de la posibilidad de reactivar su trabajo, Hoempo recuerda que el sector «necesita un rescate», que «es lo único que va a salvar del cierre». «Esta sentencia supone solo el hecho de que te den la razón», ha destacado.
ESTA OPCIÓN FUE DENEGADA EN GALICIA
En la misma línea, Lois Lopes, de Hostelería Compostela, ha destacado que la sentencia recoge los argumentos que el sector mantiene «desde el primer día», en referencia la «falta de un informe serio» que los apunte como causantes de contagios.
En el caso gallego, ha recordado Lopes, la hostelería recurrió el cierre y pidió ya a finales de agosto medidas cautelares como las ahora aceptadas en País Vasco, pero que el TSXG rechazó por anteponer el «interés general». La resolución de la querella, sin embargo, aún no se ha producido, señala.
Sobre la posibilidad de interponer un nuevo recurso tras la resolución vasca, el representante de Hostelería Compostela lo descarta toda vez que la decisión del TSJPV es recurrible y no sienta jurisprudencia y que entienden que, según las palabras del presidente de la Xunta, es posible que la próxima semana ya «se alivien restricciones».
En todo caso, y aunque el auto «refuerza la línea discursiva» de sus exigencias, Lois Lopes recuerda que la posibilidad de abrir a corto plazo no hace menos necesario un «plan de rescate completo» que alivie la «situación crítica del sector». «Abrir mañana tampoco nos solucionaría nada», subraya.
AVALANCHA DE INDEMNIZACIONES
También desde Lugo, el representante de sus hosteleros, Cheché Real, ha instado a tomar con prudencia la resolución, los términos jurídicos en los que se ha formulado y su alcance, aunque ha indicado que, si finalmente se confirma que los cierres no están justificados, esto podría dar lugar a «una avalancha de indemnizaciones tremenda».
Del mismo modo, ha recordado que, incluso sin el cierre obligado, la pandemia sigue, y los empresarios han sufrido meses de pérdidas que ponen en riesgo sus negocios. «Yo no vivo de abrir las puertas, vivo de tener clientes», ha recordado.
Finalmente, Cheché Real sí ha reconocido que el fallo vasco da «esperanza» a un sector que «siempre ha defendido que no es responsable de los contagios» y que ha demandado reiteradamente el poder seguir trabajando.