Una encuesta realizada por Santiago Centro y EmRede entre comerciantes de la capital gallega indica que tres cuartas partes de los comerciantes están «poco o nada confiados en una reactivación económica» próxima y, más allá, el 45% considera que tendrá que cerrar definitivamente si la situación no mejora en un plazo de tres meses.
Según recoge este informe, menos del 10% de los comerciantes compostelanos considera que la situación económica es estable o buena, mientras que el 12,8% la estiman regular y el 78,7% mala, muy mala o crítica. El 57,4% de los negocios vieron como su facturación cayó entre el 40 y el 50% con respeto a los mismos meses anteriores a la pandemia, y casi el 15% manifiesta caídas superiores al 70%.
Según el presidente de Santiago Centro, Chema Fernández, «el comercio está en una situación crítica», y las ayudas diseñadas hasta ahora «no son suficientes para un sector que precisa ya de decisiones firmes de apoyo por parte de todas las administraciones».
«Somos muy conscientes de que una situación tan grave como la que vivimos exige la adopción de medidas extremas, como el cierre perimetral de la ciudad o la reducción de aforos y horarios, pero las administraciones deben ser también conscientes de que si no hay apoyos directos, la pandemia va a arrasar el comercio de proximidad», ha sentenciado.
Por su parte, la presidenta de Proxecto EmRede, Eva López, destaca que «las prestaciones a autónomos son completamente insuficientes» y que «para nada se adaptan a la situación del comercio minorista». «La mayoría de los comerciantes renunciaron a la prestación porque no cumplían los requisitos, pero estando abiertos la facturación no llega ni para cubrir los gastos mínimos de alquiler, energía o asesorías, ya sin contar al personal», ha añadido.
ERTE, ICO Y ALQUILERES
El peso de los ERTE sigue siendo importante en el sector, ya que un 34% de los encuestados cuentan con empleados acogidos a esta fórmula de ayudas. Aquellos que no cuentan con personal en ERTE, afirman mayoritariamente haberlo recuperado después de los primeros meses de pandemia, o no tener personal al cargo.
El 76,6% de los comerciantes encuestados pidió también la prestación como autónomo, «aunque en la inmensa mayoría de los casos solo lo hicieron durante las semanas de confinamiento, la pasada primavera».
También en el terreno de las ayudas públicas, el 46,8% acudió a los fondos ICO para mantener el negocio. Aproximadamente la mitad lograron negociar con los propietarios del local una rebaja en el costedel alquiler o una fórmula de pago alternativa.