Organizaciones integradas en la confederación de empresarios de Galicia (CEG) creen que hace falta más tiempo para celebrar unas elecciones tras la salida del último presidente, que duró dos días al frente del cargo por dudas sobre cómo se desarrolló el proceso.
Este martes, miembros de la junta de vicepresidentes plantearon el 15 de enero, pero, según fuentes consultadas por Europa Press, algunas asociaciones consideran que es demasiado pronto para lograr una figura de consenso que esté dispuesta a dar el paso y advierten que los estatutos marcan un plazo de 40 días para convocarlas.
Al respecto, subrayan que tienen que ser los órganos de gobierno competentes, junta directiva y comité ejecutivo, quien tome la decisión y, de no ser así, amenazan con impugnar los comicios.
Por su parte, la CEG mantiene la fecha del 15 de enero y defiende no aplazarla «por la urgencia del momento» y ya que, debido a la situación económica, es «más necesario que nunca» contar con un presidente.
Este miércoles, varias sectoriales han mantenido una reunión en la que abordaron un documento para analizar y a partir del cual tomarán una decisión «en unos días», de acuerdo con las fuentes consultadas.
EN CRISIS DESDE 2015
La patronal gallega arrastra conflictos por enfrentamientos internos desde antes de 2015, cuando el vigués José Manuel Fernández Alvariño dejó la presidencia. Desde entonces, han dimitido otros tres presidentes: Antón Dieter Moure, que duró menos de un año; Antón Arias, tras un año; y José Manuel Díaz Barreiros, la semana pasada, apenas 48 horas después de ser elegido por aclamación.
Díaz Barreiros, que descarta volver a presentarse, tenía como rival a Pedro Rey pero ambos llegaron a un acuerdo cinco minutos antes de la asamblea electoral, por lo que no hubo votación. Sin embargo, 54 vocales habían emitido ya su sufragio de forma telemática.