Las aguas de las cuencas hidrográficas de Galicia y del Norte de Portugal ocultan nuevos contaminantes. Contaminantes, en algunos casos muy peligrosos, procedentes del saneamiento público de municipios y grandes ciudades que son difíciles de depurar y que acaban en el mar. De hecho, un equipo interdisciplinar de investigadores, en el que participan ocho instituciones gallegas y lusas, encontró hasta 3.200 de estos agentes contaminantes emergentes.
Los contaminantes emergentes son compuestos «aun poco caracterizados» y habitualmente liberados en los ecosistemas de forma indiscriminada. Entre estos agentes están fármacos, productos de uso personal, pesticidas y químicos industriales que no son totalmente procesados en las plantas depuradoras (Edar).
Para identificarlos y desarrollar nuevas tecnologías para mitigarlos se creó la red interdisciplinaria Nor-Water, que quiere convertirse en un foro de colaboración público-privado sobre contaminantes emergentes en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal. La idea sobre la que gira esta iniciativa es la de poder intercambiar conocimiento, identificar necesidades y prioridades, y avanzar en las capacidades de detección, control y mitigación de estos contaminantes y de su impacto en los ecosistemas y en la salud pública.
«Queremos hacer una caracterización detallada de los contaminantes emergentes y de sus fuentes en los cursos de agua de las dos regiones», destacó el investigador Miguel Santos, del Centro Interdisciplinar de la Investigación Marina y Ambiental (Ciimar) de la Universidad do Porto, y la entidad coordinadora de este proyecto, financiado por el programa INTERREG V-A España Portugal (POCTEP). «Sabemos que los contaminantes emergentes son problemáticos para la salud de los ecosistemas y para la salud humana«, añadió.
«RIESGO PARA LA SALUD»
«Por tanto, son químicos que todavía no están regulamentados, aunque se piensa que puede existir un riesgo para la salud de los ecosistemas y de los humanos», afirmó el investigador en declaraciones a la Agencia Lusa, destacando que el proyecto va camino de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. «Esta directiva, más allá de identificar un conjunto de químicos que tienen que ser notificados, tiene una lista de químicos que deben ser monitorizados, una vez que aun se conoce poco, pero hay evidencias de que pueden ser bastante tóxicos», señaló.
Más allá de la identificación y caracterización de los compuestos, los investigadores pretenden mitigar su presencia y, para ello, están desarrollando nuevas tecnologías para aplicar en las estaciones de tratamiento de agua. Las soluciones tienen esencialmente como base «métodos avanzados de oxidación» para «provocar la degradación de estos comupuestos y transformarlos en productos menos tóxicos».
VARIAS ENTIDADES IMPLICADAS
La Red Nor-Water se creó con vocación de expansión y continuidad más allá del consorcio actual y de la vida del proyecto. Cuenta con un presupuesto de 579.475,40 euros. Además del CIIMAR, en él participan la USC, la Consellería del Mar a través del Instituto Tecnológico para el Control del Medio MArino de Galicia (Intecmar) y del Centro Tecnológico del Mar (Cetmar), la Agência Portuguesa do Ambiente, la Administraçao da Região Hidrográfica do Norte; las cámaras municipales de Viana do Castelo (Centro Monitorização e Interpretação Ambiental) y Vilanova de Cerveira ( Aquamuseu do Río Minho), y el Laboratorio Asociado LSR-LCM (Laboratório de Processos de Separação e Reação- Laboratório de Catálise e Materiais) de la Universidade de Porto.
Con la intención de que el proyecto, que termina en mayo de 2022, se «perpetúe más allá de su tiempo de vida», las ocho entidades crearon una red de colaboración. «El objetivo es poner en contacto a todas aquellas entidades con interés en esta área, de forma que se permita que nuevas tecnologías hagan que aguas de esta región acaden un nivel ecológico y calidad química mejor de la que tienen actualmente», destacó Miguel Santos.
Los impulsores del proyecto contemplan actividades de educación y sensibilización, así como acciones para promover la transferencia de los resultados a las administraciones competentes y a las empresas tecnológicas a cargo de la depuración de aguas.