Los ayuntamientos de Ourense y Barbadás continúan con las mismas medidas: el cierre perimetral, la prohibición de reunirse con no convivientes y la prohibición de que bares y cafeterías sirvan en el interior, ya que solo pueden atender en terraza en grupos de máximo 5 personas.
El regidor municipal de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel, ha señalado que «no ha habido sorpresa», mientras que Gonzálo Pérez Jácome, alcalde de Ourense, ha expuesto que «es una desgracia y punto».
El motivo de mantener las restricciones se ha debido mayoritariamente a la presión hospitalaria, aunque la mejoría en el área es continuada «no suficiente» en Ourense ciudad donde, según ha explicado el comité clínico, se da la mayor ocupación de camas UCI.
BARBADÁS
«Las restricciones que pueden ser fácilmente subsanables o evitables ya sabemos cuál es el resultado, que se incumplen, precisamente por eso es entendible que se aumente el control y mantener las mismas medidas a pesar de que no hayan dado el resultado que se esperaba desde la Xunta de Galicia así que»solo queda tener paciencia y cumplir con los protocolos», ha valorado Xosé Carlos Valcarcel, alcalde del Ayuntamiento Barbadás la situación actual con 131 casos en una población que no alcanza los 12.000 habitantes.
El regidor municipal ha manifestado que «no ha habido sorpresa» sobre la continuidad de las medidas, puesto que en la reunión entre las alcaldías y Sanidade este pasado martes «ya era lo que se valoraba». Ha mostrado su preocupación por los 131 casos pero más aún por «los casi 100 entre usuarios y trabajadores» de la residencia geriátrica— con 120 plazas ocupadas— en la cual en la jornada de hoy han aumentado 23, 14 trabajadores y 9 usuarios.
Xosé Carlos Valcárcel ha explicado que «son personas que habían dado negativo» con anterioridad, pero que se había mantenido la posibilidad de que «estuviesen todavía incubando los síntomas» y, por tanto, fuesen a dar positivo «en un plazo de pocos días». Ha sido lo que se ha confirmado con los resultados del día de hoy. El alcalde ha señalado que los casos «no son de gravedad pero son reales» y por ello «es alarmante y preocupante».
De este modo, ha apelado, «una vez más» a la responsabilidad individual ya que, de cara al festivo de Todos los Santos, ha recibido comentarios de personas exponiendo que se juntarían en los cementerios, no solo de su Ayuntamiento, sino en otros de los alrededores. Valcárcel se ha mostrado crítico con esta situación exigiendo «sentido común y lógica» manifestando que «para rendir tiempo a los difuntos hay todos los días del año no por ser una fecha señalada hay que poner en riesgo la salud de nadie».
En cuanto a qué fecha será la que permita la movilidad fuera de su área perimetral, ha indicado que «es probable» que sea pasado el 11 de noviembre puesto que es el festivo local, el San Martiño y, a su parecer, no sería «prudente» facilitar los desplazamientos en fiestas porque «ya se ha visto cómo se incumple lo que no es estrictamente obligatorio». Considera que la población intentaría «hacer reuniones para celebrar magostos particulares» a pesar de que no hubiese grandes actos públicos y, por tanto, sería un riesgo aún mayor.
Asimismo, ha declarado que, aunque se levante el límite perimetral, la responsabilidad tiene que seguir siendo individual puesto que Galicia entera «sigue siendo una zona 2» no es «como que el virus desaparezca una vez que quitan las restricciones». Y ha lamentado que la situación «sea la que es» reiterando que es probable que «parte se hubiese podido evitar» si el 20 de septiembre se hubiese cerrado el Ayuntamiento de Ourense.
«ES UNA DESGRACIA»
Por su parte, el regidor municipal de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha manifestado a través de sus perfiles en redes sociales que, con el descenso marcado en la ciudad de Ourense, esperaba la reapertura del área perimetral. «Lo deseo, 368 casos hoy», ha apostillado.
No obstante, los deseos no se han hecho realidad. «373 casos hoy» escribía Jácome en twitter esta misma mañana. Horas más tarde el veredicto del comité de sanidad: se mantienen las medidas. La única declaración del alcalde ha sido sentenciar que «es una desgracia y punto, no hay más que decir».