El Simposio das Letras Galegas se cierra este jueves con una última sesión, en la que diferentes expertos repasaron la trayectoria de Ricardo Carvalho Calero, su contribución a asentar el canon literario y lingüístico y la evolución de su pensamiento hasta abrazar la proximidad con el portugués y el reintegracionismo.
Los docentes y expertos Henrique Monteagudo, Serafín Alonso Pintos y Eduardo Maragoto, abordaron las distintas etapas del polígrafo ferrolano, en este acto organizado por la Real Academia Galega, y la colaboración de la Xunta.
El primero se centró en el periodo 1950-1975 y su vinculación al grupo Galaxia, en el que Carvalho era uno «de los más significativos intelectuales» y logró fijar el canon clásico con la ‘Historia da literatura galega contemporánea’ y se situó como primer profesor de gallego en el sistema universitario.
Al mismo tiempo, impulsó la ‘Gramática elemental do galego común’, además de las primeras normas de la RAG, con el apoyo de Ramón Piñeiro, de cara a buscar la introducción del idioma en la enseñanza con las posibilidades que abría por aquel entonces la Ley General de Educación de 1970.
La gramática, a su vez, contó con siete ediciones. Serafín Alonso Pintos disertó sobre el texto editado por Galaxia en el que se toma como ejemplos a los clásicos del siglo XIX y en el que se defiende un espacio propio en el ámbito del Estado.
PASO AL REINTEGRACIONISMO
La cuarta edición (1974) es la más completa desde el punto de vista científico, aunque el cambio en el pensamiento lingüístico del docente ferrolano quedó reflejado en la última, datada del 79, en la que ya defiende la aproximación a la ortografía del portugués.
Esta cercanía cada vez mayor se observaba en su trabajo como presidente de la comisión lingüística de la Xunta que elaboró las primeras normas del gallego en democracia. Carvalho empezó a escribir en gallego reintegrado a partir de 1981, adoptando la mayoría de los trazos fundamentales del portugués, aunque ya defendía esta ortografía en artículos publicados en el 75.
Eduardo Maragoto situó a Carvalho en el «principal pensador del nuevo movimiento» reintegracionista y en su «más prestigioso divulgador», además de ser el primero en llevar a la práctica los postulados ortográficos en una obra, ‘Problemas da lingua’.